La vida en Namalatu y las primeras inmersiones

Aunque ya me había acostumbrado a fluir en la caótica amalgama de vehículos, personas y semovientes de la ciudad de Ambon, devolvimos el coche al taxista y tomamos un microlet a Namalatu. Por 4.000 Rupias (0,25€) puedes ir de la ciudad a la villa de Latuhala que está a unos 20km por carretera “comarcal”. Los mircrolets son furgonetas pequeñas, estilo Nisan Vanete, con dos bancos corridos en la parte de atrás y una puerta lateral. Las hay de colores rojos, verdes y amarillos para distinguir la ruta y las áreas que cubren.

Aquí la vida se hace a los lados de las carreteras, si quieres parar a un “microlet” solo tienes que dar un par de palmas y un grito con tu destino, si para es que tenía sitio y se dirigía a tu destino. Me encanta cómo tunean los vehículos, lo más importante es el klaxon, cada uno tiene una sirena diferente, a cada cual más salvaje, cuando pitan parece que viene un convoy del ejercito, pero no, es un microlet adelantando. Luego está el equipo de sonido y la pantalla para el dvd, a mi me da la risa cuando empiezan a temblar las ventanas de las casas porque un microlet está pasando con la musica a todo volumen. En mi vida he visto esos equipos instalados en un coche. El resto del tuneo consiste en neones de colores en los bajos, rotativos, flashes en las luces de posición, pegatinas gigantes de calaveras y diablos con mensajes de grupos punk americanos y alerones, les encantan los alerones.

Tienen un indice de tolerancia altísimo, no se estresan en la carretera y mantienen siempre una sonrisa, no les he visto quejarse del desmesurado volumen cargado de graves procedente de un coche o casa a cualquier hora del día o de la noche, ni de las motos sin tubo de escape que pasan a todo gas. Me encanta ver que no se cansan de sonreir, así que yo intento hacer lo mismo.

De camino a Namalatu se puede leer la palabra Hollywood en la Bahía de Ambon

De camino a Namalatu se puede leer la palabra Hollywood en la Bahía de Ambon

De camino a Namalatu, por la bahía te encuentras la palabra “HOLLYWOOD” escrita en letras grandes para ser vista desde los aviones al despegar o aterrizar, es curioso ver cómo critican a los americanos y luego encontrarte cosas como esta, el éxito de la cadena KFC, las pegatinas de los microlets, las camisetas y las gorras de rapero, y lo más importante la música, oyes los top 10 de Miami por todos sitios y el politono de los móviles siempre es un temazo americano. En la mayoría de las casas tienen parabólica y la programación es de las distribuidoras americanas, por supuesto, de hecho aquí se ve muchísimo el canal HBO, que por cierto en España no lo he encontrado. 

La carretera que te lleva a Namalatu está llena de negocios, lo más curioso es la gran cantidad de puestos de venta de gasolina, te la venden en botellas de agua vacías de uno y dos litros, también hay muchas paradas de Ojeks (moto-taxis) y un par de lugares donde han canalizado el agua que baja de la montaña y la comercializan para cargar pequeños camiones cisterna.

La fuertes lluvias llenan los torrentes que bajan de la montaña y en ocasiones arrasan los puentes que construyen para cruzarlos. En el camino a Namalatu hay 3 puentes que cada pocos días reparan, en la mayoría de ellos hay un puente alternativo para poder pasar mientras reparan el que se haya hundido.

El equipo de música estándar en la puerta de una casa

El equipo de música estándar en la puerta de una casa

Cuando es la hora de la salida de los colegios la carretera se llena de niños vestidos de uniforme que recorren varios km hasta sus casas, la mayoría parece que vienen de colegios cristianos. En la carretera hasta Namalatu no he visto ninguna mezquita y me alegro porque si al ruido de las motos sin tubo de escape le sumas el rezo de las cuatro de la mañana… descansar puede ser una tarea complicada.

La puerta que da al mar en frente del dive center

La puerta que da al mar en frente del dive center

Bajamos del microlet, a un lado de la carretera una playa de arena blanca arropada por robustos arboles y cocoteros en una zona de recreo con mesas, césped y menos basura que en las otras playas por las que habíamos pasado, se notaba que esta dependía de la oficina de turismo y recibía una especial atención. Al otro lado de la carretera la casa, el futuro dive center.

Entrada del dive center, el garaje a la derecha y la casa principal a la izquierda

Entrada del dive center, el garaje a la derecha y la casa principal a la izquierda

La casa había estado sin utilizar un tiempo, no se si meses o años, pero al estar a pocos metros del mar la madera de las ventanas se había dañado, el suelo estaba levantado y los techos desconchados. La ama de llaves es Mama San, una mujer que vive en la casa de detrás y cuida la propiedad. En su momento este dive center tenía 3 habitaciones dobles, una de ellas con baño que es la que me he quedado yo. Mama San me puso unas sábanas y me dijo que me traería agua caliente para un cafe por la mañana.

Fachada principal del dive center

Fachada principal del dive center

La casa es muy fresca porque encima de todas las ventanas de la hay unas grandes rejillas de madera por donde el aire, los insectos y hasta un pájaro puede colarse. Aquella noche los mosquitos se dieron un festín conmigo, además los ruidos de la selva, procedentes de animales innombrables y el caer de los cocos u otros frutos me despertaba cada dos por tres, también había ruidos de animales en el doble techo del baño, nunca he sabido si eran ratas gigantes, gatos o pequeños monstruitos. En el patio de atrás hay una charca artificial vacía, una antigua pecera, se llena de ranas que colaboran en la sinfonía nocturna. Para darle el toque de terror surrealista, al lado de la charca hay una estatua de un pescador, de tamaño real y color rojizo desgastada por la pátina del tiempo. Cuando llegué me di cuenta que había alguien ahí observando en silencio, tardé unos segundos en reaccionar y darme cuenta de que no era humano.

Por la mañana, a eso de las 6, el exterior desbordaba vida, se oían niños de camino a la escuela, gente barrer, coches y motos pasar… me desperté y Mama San ya había bajado agua caliente en un termo, ella estaba barriendo y tras un café me puse a ayudar. A lo largo del día vendrían las Ibus a ver el estado de la casa y a seguir con las reuniones protocolarias, así que se había activado el dispositivo para que todo estuviera lo más adecentado posible.

El super mercado del barrio

El super mercado del barrio

Maya y yo habíamos hablado de que el jardín necesitaba una buena mano, como Mama San estaba barriendo yo me puse a arrancar malas hierbas. En 5 min el hijo de Mama San apareció con una podadora de gasolina y nuestro vecino Riki se puso podar. En una mañana el jardín estaba terminado.

Me llenaba de energía ver que a ese ritmo en una semana tendríamos el dive center que soñábamos, en un sitio espectacular, con vistas al mar, refrescado por la brisa y con espacio para todo: garaje, habitaciones, comedor, gran pila para limpiar los equipos…

Por la tarde vinieron Maya y Rafiki, que contagiados por aquél pistoletazo de salida elaboraron una lista de necesidades. En el momento del traslado, John desde Jakarta empezó a publicitar el Dive Center de Ambon y consiguió un grupo de 8 fotógrafos de Singapur que vendrían 6 días a hacer 3 inmersiones diarias.

El trabajo se tenía que dividir, Maya y yo teníamos que elaborar un programa de inmersiones para los fotógrafos y yo debía de bucear con ella todos los días para conocer los sites y sobre todo para sentirme cómodo, me enfrentaba a mi primer trabajo como asistente de dive master con solo 2 inmersiones en la isla a mis espaldas, que hice cuando llegué con Jhon…

La casa de nuestros vecino, donde les compro pan por las mañanas

La casa de nuestros vecino, donde les compro pan por las mañanas

Se suponía que mientras Maya y yo buceábamos, Rafiki, nuestro encargado de logística en tierra, tenía que adecentar el dive center, con nuestra ayuda claro, y preparar todo lo relacionado con la oficina: Formularios de inscripción, tablas de precios, información sobre el dive center… etc.

Durante aquél primer día en el dive center hicimos un calendario de prioridades mientras esperábamos a las “ibus” que al final no vinieron pero durante todo el día nos decían que estaban de camino.

Fueron pasando los días y al dive center no llegaba la pintura para adecentarlo, ni la mesa de oficina, tampoco recibíamos el material necesario para bucear, cuando no conseguíamos bombonas, nos faltaba un BCD y por fin el día que me voy a meter al agua por primera vez con Maya llaman las Ibus y dicen que están de camino. Como siempre todos firmes.

Niños jugando en un árbol a la salida de la escuela

Niños jugando en un árbol a la salida de la escuela

Me sentía desesperado, estaba deseando ayudar a montar este sitio como habíamos planeado, pero todos los días pasaba algo para que no avanzáramos. Mientras por la noche planeábamos una serie de inmersiones y avances para el negocio, a la mañana siguiente era imperativo ir a reportar nuestra actividad a los jefes de la villa de Latuhala, otra mañana había que ir a la policía a llevarles la copia del pasaporte, otra mañana tocaba hablar de cómo recuperar el tiempo perdido perdiendo una mañana más… así que cuando me subían los calores me iba a nadar a la preciosa playa de enfrente de casa.

Estábamos a 5 días de recibir al grupo de Singapur y lo único que habíamos avanzado era conseguir colocar en una habitación una “cocina” que constaba de un fogón de parafina sobre un mueble de madera.

La cocina de ultima tecnología

La cocina de ultima tecnología

Por fin Maya se asustó y le entraron las prisas. En la casa había un almacén lleno de equipos de submarinismos casi nuevos propiedad del departamento de turismo, llevábamos desde el primer día intentando saber si podíamos usarlos o no, pero aquél trámite estaba “still in process”.

Finalmente pasamos cuatro días buceando sin parar, haciendo 4 inmersiones diarias de una media hora cada una para conocer los diferentes perfiles y condiciones de los dive sites que íbamos a recorrer con los fotógrafos de Singapur.

Un grupo de niños bañándose en la playa de Namalatu

Un grupo de niños bañándose en la playa de Namalatu

Delante de nuestro dive center “still in process”, hay dos dive sites muy bonitos, ambos con un muro de coral que se pierde en la profundidad del océano. Por esta zona es muy fácil encontrar al Napoleon Fish, es como un mero gigante que su cabeza recuerda la forma del sombrero de Napoleón. Los que he visto son más grandes que una vaca, pero pueden llegar a superar el tamaño de un coche. También se ven tiburones de punta negra, barracudas y Titan Trigger Fish, este último es un pez agresivo que cuando se enfada levanta una especie de “gatillo” en la parte superior de su cuerpo, es mejor no acercarse porque te puede morder. Le gustan las orejas y la bombona, aquí no me ha mordido ninguno y espero que no lo haga. En Thailandia había muchos, nunca vi el Titan, que es el de tamaño XXL, pero los otros si que me dieron algún mordisco en la bombona.

Morena en el arrecife de Namalatu

Morena en el arrecife de Namalatu

Al iniciar la segunda inmersión en Namalatu me di cuenta de que mi BCD perdía aire por uno de los costados, se había roto una pieza de plastico y tenía un agujero que le cabía un dedo. Le pregunté a Maya si debíamos bucear así o no, y ella me dijo “up to you”, había esperado tanto para empezar a bucear que me lancé. Bajo el agua tenía que ir ligéramente de lado para que el aire se mantuviera en el chaleco, fue un buen entrenamiento, ya que a fin de cuentas si alguien tiene que saber bucear con problemas es un dive master jejeje, sonará muy imprudente, pero si alguna bombona pierde aire, o algún regulador no funciona del todo bien no es el cliente quien lo va a usar sino el guía, por lo menos aquí funciona así.

Nuestra dive master guiándonos bajo el agua

Nuestra dive master guiándonos bajo el agua

El arrecife de coral parece un mundo extraterrestre, lleno de vida y sinergias entre peces, algas, crustáceos… si te quedas mirando un metro cuadrado ves la incesante actividad: minúsculos seres vivos trabajando en su pequeña parcela del gigante arrecife, morenas que sacan la cabeza con la boca abierta para respirar, peces payaso (nemo) dentro de las anémonas, al escorpión fish camuflado en la roca, coloridas nudibranch moviendo las antenitas… es un espectáculo psicodélico. Para poder ver todo esto necesitaría unas gafas de bucear graduadas pero como me fallaron los proveedores de Jakarta me he comprado una gran lupa, la llevo en el bolsillo y cuando Maya me señala algo la saco y veo los detalles.

De camino a Pintukota con Maya y Aldo

De camino a Pintukota con Maya y Aldo

También buceamos en Hukurila y Pintukota, dos cuevas espectaculares. Pintukota dibuja en la costa un arco de piedra que se reproduce a 20 metros de profundidad como dos rocas gemelas. Es un lugar con fuertes corrientes que a ciertas horas del día convierte la inmersión en un buceo complejo. Siendo uno de los lugares más significativos de Ambon, recibe muchas visitas, se supone que debe de haber una boya que marca el dive site a la que agarrarse para descender y ascender de forma segura, cuando alguien corta la cuerda de la boya o esta se rompe los barcos de submarinismo echan el ancla sobre el arrecife de coral para que los buceadores desciendan. En mis primeros cuatro días buceando he podido ver como se destruye coral, como se ensucia el océano y como se maltrata el entorno que nos da de comer.

Un precioso coral en Namalatu

Un precioso coral en Namalatu

Hukurila es otro buceo espectacular, se inicia la ruta por un canal de coral que te lleva a un descenso vertical al centro de una cueva majestuosa llena de corales con 3 posibles salidas, es realmente impactante. A esta inmersión nos llevamos a Aldo, un chaval de Namalatu que nos había dejado un BCD para que yo pudiera seguir buceando, su padre es dive master y solo deja bucear a Aldo con Maya. Lo entendí cuando empezamos a descender por la vertical de la cueva, no conseguía ecualizar bien, de vez en cuando hinchaba demasiado el BCD y había que ayudarle a abrir alguna de las válvulas… vamos se puede decir que el chaval no tiene mucha experiencia y le cuesta. Estoy seguro de que Aldo nunca ha hecho ningún curso, como la mayoría de los locales que bucean, es un deporte caro y suelen apuntarse a salidas como esta con el material que les prestan o con el que algunos tienen para alquilar.

Maya ayudando a Aldo a descender ecualizando correctamente

Maya ayudando a Aldo a descender ecualizando correctamente

Nuestros dos últimos dias de “diving survey” fuimos al lugar por el que Ambon es famoso, único en el mundo, el muck dive. Los fotógrafos suelen disfrutar muchísimo este tipo de buceo y en el caso de nuestros primeros clientes, Maya estaba segura de que iban a querer mucho muck dive.

Este pez no se como se llama pero es rarísimo, ¿podéis distinguir la aleta de la cabeza?

Este pez no se como se llama pero es rarísimo, ¿podéis distinguir la aleta de la cabeza?

Los lugares mejores para practicar el muck dive están en la bahía de Ambon. Nosotros fuimos a Laha y Nama. El perfil es arena, barro, basura y algo de coral blando, su característica es la gran cantidad de extrañas criaturas que puedes ver. Hay que tener mucho control de la flotabilidad y las aletas ya que si levantas polvo puedes perder toda la visibilidad.

Maya anotando los detalles del dive en la "safety stop"

Maya anotando los detalles del dive en la “safety stop”

Aparentemente es un lugar inerte, lúgubre y feo… pero cuando te acercas, en mi caso con la lupa en la mano, no das crédito de la cantidad de extraños habitantes que encuentras. Mi primer hallazgo fueron dos parejas de leaf fish, que si no llega a ser por la vista de Maya, para mi habrían pasado desapercibidos gracias a su cualidad de asemejarse a una hoja o un trocito de corteza. Son finos como un papel, una pareja era marron y la otra verde, se mueven a la vez y crees que son hojas arrastradas por la corriente. Después encontramos una familia de caballitos de mar, unos cuantos scorpion fish y un cangrejo que parecía una castaña, de vez en cuando se abría la extraña castaña como un transformer y daba unos cuantos pasos y después se volvía a convertir en castaña. Impresionante.

El día anterior a que llegaran los clientes de Singapur el dive center seguía pareciendo una casa abandonada, mientras Maya y yo habíamos buceado y elaborado la ruta para los clientes nadie se había encargado de seguir el calendario para poder tener el centro mínimamente presentable. Para añadirle un puto de descojone al tema, tampoco estaba claro qué barco íbamos a usar al día siguiente, ya de noche Rafiki dijo que había encontrado un speed boat de pasajeros que podría servir pero que no tenía escalera.

No me quiero imaginar las caras de los de Singapur cuando lleguen a este lugar, dicen que la gente de Singapur suele ser muy clasista, clientes muy exigentes, llegados de una ciudad treméndamente desarrollada movida por un capitalismo extremo.

3 thoughts on “La vida en Namalatu y las primeras inmersiones

  1. Que viaje de contrastes!Es curioso esa gente tan ruidosa y a la par tan sonriente y ese mar lleno de criaturas extrañas y paisajes increíbles junto a playas donde se acumula la suciedad….es una suerte que bucees con ese pez llamado Maya!!…. seguro que a pesar de la falta de infraestructura los clientes de Singapur lo pasarían en grande con vosotros…estoy deseando que nos lo cuentes!!

  2. Que bonito Juanma!!! me parece muy interesante y desde luego tiene que ser increible vivirlo en primera persona. El pececito ese anaranjado podría ser un dark blue, o creo que asi le llaman, lo digo pq tengo un amigo al que le encantan los peces y ¡¡tengo el ordenador lleno de fotos de pescados!! je je… es parecido la verdad….desde aqui te seguimos con entusiasmo… mil besos y disfruta

Leave a comment