Nuestros primeros clientes, fotógrafos de Singapur

El avión procedente de Jakarta en el que volaban nuestros 8 clientes de Singapur aterrizaba en Ambon a las 7 de la mañana. Los recogía Rafiky con tres coches y tras pasar por el hotel para que dejaran su equipaje debían de venir el dive center. El programa era bucear 3 veces al día durante cinco días.

Yo me desperté a las 7 de la mañana listo para guiar a mi primer grupo de buceadores, que venía especialmente interesado en el muck dive y en fotografiar pequeños seres extraños.

Cuando amanecí en nuestro proyecto de dive center me encontré el suelo de la sala común completamente encharcado, el dispensador de agua que Rafiki había traído la tarde anterior tenía una fuga y a demás no había electricidad. Me puse corriendo a calentar agua en nuestra cocina de camping para que cuando llegaran los clientes les pudiéramos ofrecer un cafe.

Llego Ricky, nuestro vecino y ayudante, informando de que el barco había llegado pero que no tenía escalera, así que se fue inmediatamente dándome a entender que él fabricaría una de madera.

El barco que se uso el primer día y los tanques en la playa listos para ser cargados

El barco que se uso el primer día y los tanques en la playa listos para ser cargados

Cuando bajé a la playa y vi el barco no podía imaginar en mi cabeza cómo íbamos a conseguir meter a los 8 clientes, todo el material, los dos guías, el marinero, el capitan y los tres niños que venían a bordo. Se trataba de un speed boat, que es como una cápsula espacial de pasajeros, como un microlet del agua, donde caben 20 personas hacinadas en asientos de fibra de vidrio y que suele viajar a toda velocidad entre islas, nada tiene de parecido a un barco de submarinismo. En este no hay cubierta, por lo que de tomar el solecito uno se olvida, no hay facil acceso ni posible backroll, la típica forma de tirarse al agua equipado hacia atrás, ni por supuesto te puedes poner de pie. Ya teníamos el primer marronazo del viaje y todavía no eran ni las 8 de la mañana.

Maya llegó en el pickup de las bombonas de aire, 33 tanques que teníamos que descargar y cargar en el barco entre Ricky, Ella y yo. A los tanques hay que añadirle los pesos, las cajas de agua, los termos, el té, y en los próximos días todo lo que los de Singapur traigan de equipo.

Eran las 9 de la mañana, teníamos el cuerpo empapado ya en sudor pero el barco estaba cargado y la escalera de madera construida por el padre de Ricky a base de buenas estacas y gran des clavos, artesanía Ambonesa de primera hora.

Nuestro compañero Rafiky, como si de una actividad inconexa se tratara no nos informaba de nada y cuando le llamamos para saber dónde están los clientes que se suponía que iban a llegar a las 9:00 nos dijo que estaba durmiendo en el hotel y él esperándoles.

En este momento me dije: no estas en casa y esto no es logística, es otra cosa, aquí “plan, plan” (tranquilo, tranquilo en Indonesio) que quedan muchos días.

Teníamos un dispensador de agua caliente que inundaba el salón, un barco que parecía un submarino, una escalera de madera hecha con clavos y un compañero con complejo de manager de famosos plantado en la recepción de un hotel.

Le pedimos a Rafiki que mientras esperaba a los clientes consiguiera las cosas que nos faltaban: Un botiquín de primeros auxilios, una bombona de oxigeno 100%, un nuevo dispensador de agua, cafe soluble y unas galletas más. No tuvimos más noticias de él hasta las 13:00, cuando aparecieron los coches en el dive center sin previo aviso y Rafiqui con una bolsita de farmacia en la que llevaba un bote de betadine y un paquetito de algodón.

Le pregunté por el resto de las cosas que le habíamos pedido, por qué no nos había ido contando donde estaban, cuando salían del hotel, que había conseguido, si le faltaba algo y lo mas importante que dónde estaba nuestra comida???… y con una gran sonrisa de buena persona casi rozando la carcajada, con su polo impecable, el pantalón de pinzas y la bolsita de manager de pop stars me dice: “keep the spirit man”. En ese momento me vi de lejos, me imaginé con la cara roja, sudado, cansado y hambriento ante aquel cuadro de colega que me había tocado… me entro la risa a mi también y los dos nos descoronamos un rato.

Los de Singapur entraron por el dive center y fliparon, uno casi se cortó los pies con las baldosas levantadas del suelo, otro entró en el baño y preguntó por la luz, no había, otro iba a abrir un grifo de un lavabo que hay en el salón y estaba roto… se sentaron en el mobiliario de madera estilo colonial y tras un rápido breafing de Maya sobre el plan del día nos fuimos a intentar cumplir las 3 inmersiones del programa a las 14h.

En el grupo de Singapur hay 4 chicas y 4 chicos, todos con unos equipazos impresionantes, los neoprenos a juego con los bcd, cámaras de última genración, todos con sus ordenadores de buceo en la muñeca y cargaditos de todo tipo de accesorios. Entre ellos hablaban en chino, malayo y un inglés muy divicil de entender.

Una vez hacinados en el barco tomamos rumbo al primer muck dive, a pocos minutos en barco de la playa de namalatu, el viaje fue muy duro. El barco lo conducía un niño, que debía de ser el hijo del capitán, que estaba atras pendiente de los motores, nos llevaba dando tales golpes contra las olas que todos iban con las manos en el techo para no atizarse la cabeza, mientras tanto Maya y yo intentábamos preparar los equipos en aquel micro clima de tensión que no nos dejaba movernos ni trabajar. Por fin llegamos al primer dive site con todos los equipos listos en sus bombonas, Maya y yo reventados y con el estómago bacín pero intentando mantener una gran sonrisa.

Cuando llegamos empezaron a hablar en su mezcla de idiomas y tras una pequeña conversación, Michel, la lider del grupo nos dijo que se negaban a bucear con ese barco, preferían volver y que buscáramos un barco decente para poder bucear.

En la playa del dive center hicimos dos inmersiones preciosas en el arrecife de coral que calmaron a todo el mundo, cuando nos despedimos hasta el día siguiente les prometimos que encontrarían un barco mucho más amplio y confortable para el resto de la semana.

Le pedi a Rafiky que se quedara para que organizaramos junto a Maya el plan del día siguiente y viéramos los fallos que habíamos tenido y cómo conseguir que los clientes estuvieran a gusto, pero con otra gran sonrisa y una de esas frases tipo “keep the spirit man” me dijo que el se iba con los clientes, que nos veíamos por la mañana.

Nuestro barco de pesca...

Nuestro barco de pesca…

En el dive center se quedo Maya hasta que conseguimos cerrar el trato con el nuevo barco, se trataba de un barco pesquero con una gran cubierta que parecía ser la solución.

Cuando parecía que aquél fatídico día había terminado aparecieron en una pick up las 33 bombonas del día siguiente. En ese momento cerré el círculo de información que me permitía calcular la relación de horas y peso que iba a soportar mi espalda en los próximos cinco días.

La rutina era:

  • Amanecer a las 7.
  • Ducharte a cazos de agua fria.
  • Calentar agua para los termos de cafe y te.
  • Saludar a Rick, que ya estaba en la puerta fumando uno de esos cigarros de clavo, a su estilo basto de poblao, con un par de gritos en su idioma “Pagiiiiii Rickiiiiiii apa kabarrrrrr rataaaaaaaa!!!”
  • Preparar los snacks.
  • Montar cada bcd y regulador en su bombona y llevarlo al barco, sin carrito ni nada, a pulso mañanero, cruzando la carretera en la que todos los fans de Valentino Rosi hacen curvas en motos de chapa, hasta bajar a la playa a ver dónde han podido atracar el barco, que esa es otra.
  • Llegada de Maya con alguna noticia de última hora.
  • Bajar al barco también las 23 bombonas restantes para la segunda y tercera inmersión.
  • En este momento verlas venir…. porque cada día pasa algo… (ahora os cuento con detalle)
  • Bucear 1º vez.
  • Cambiar todas las bombonas en el intervalo entre inmersiones.
  • Bucear 2º vez.
  • Cambiar todas las bombonas en el intervalo entre inmersiones y comer rapidito que hay que bucear.
  • Bucear 3º vez.
  • Dormirte con el cuello partido al atardecer en la cubierta del barco volviendo a casa y soñando que te vas a dar un baño caliente (jajaja como no sea a cazos de agua hervida).
  • En la oscuridad de la playa descargar los 10 equipos, las 33 bombonas y el resto del material y llevarlo al dive center a pulso flojo con la fuerza que nos queda.
  • Sonreir a los clientes, ofrecerles un cafe, darles unas toallas secas y mandarles con el espabilado de Rafiki al hotel, ¡Ojo! Digo espabilado de Rafiki porque nuestro compañero con el que se ha de repartir el trabajo a partes iguales es un espabilado, solo entra en la ecuación llevando y trayendo a los clientes, desayunando y cenando con ellos, trayéndonos la comida del medio día y olvidándosele la cena para nosotros cada día, que al tercero casi le muerdo un pie.
  • Con los clientes de camino al hotel y con la ayuda de Ricky y Maya limpiar todos los equipos y tenderlos para empezar esta rutina al día siguiente.
  • Hora de finalización 23h.

Al segundo día de hacer esto Ricky, Maya y yo tuvimos que luchar para que contratasen a un par de chavales con ganas de cargar, nos costó pero lo conseguimos. Vinieron Aldo y un amigo suyo, el tercer día solo para la descarga por la noche y el cuarto y quinto día para la jornada completa.

Nuestra tripulación, con Aldo a la cabeza

Nuestra tripulación, con Aldo a la cabeza

A parte de la rutina invariable de mover equipos y hacer tres inmersiones, aquí me estoy acostumbrando a oir algunas frases que siempre vienen acompañadas de un drástico cambio de planes, como por ejemplo: in process, hora del rezo, on the way, no network, fully book, training time… vamos lo que viene siendo un montón de excusas que siempre terminan en una gran sonrisa con toques de carcajada con la frase “Sorry Mr”

Nuestra experiencia al respecto:

Dia 1: Aparecimos con un barco que parecía una nave espacial. Los clientes nos dijeron que ese no era un barco de buceo, y se les contestó: “Sorry Mr, no hay más barcos de buceo en la isla”. Creo que en el viaje de vuelta al dive center vimos 3 barcos de buceo anclados en la costa.

Día 2: El nuevo barco, de pesca, porque los de buceo son muy caros, debía venir a las 6am y llegó a las 11 con la excusa “Sorry Mr. Es Domingo y teníamos que rezar”, y lo que traían era un resacón… No solo eso sino que la marea había bajado tanto que no se pudo acercar a la playa y tuvimos que cruzar a pulso todo el material por encima de las rocas… inexplicable (ver foto) #pahabernosmatao.

Dia 3: llegaron tarde, pero solo un par de horas, se rompe la escalera y hay que conseguir otra, pequeños detalles sin importancia.

Dia 4: Este día no salíamos cpn el barco desde nuestra playa, el plan era bucear en un volcan submarino cerca de Tolehu y como está bastante lejos nuestro capitán dijo que prefería contactar con un familiar suyo que tenía un barco igual allí para que nos diera servicio.

Cargando la pick up a primera hora de la mañana

Cargando la pick up a primera hora de la mañana

El plan era llevar todo el equipo en una pick up, prepararlos todo y esperar a los clientes.
Ese día nos levantamos a las 4:30 de la mañana, viajamos en la parte de atrás de un pick up durante 3h, llegamos a Tolehu y nadie sabía nada, no había barco, nuestro capitán no cogía el teléfono y los clientes estaban ya de camino. Nos pusimos a buscar un barco con el pick up a toda velocidad entre las aldeas de la costa, mientras tanto los clientes pijos de Singapur hacían tiempo en un puerto que apesta a pescado, de una pequeña villa musulmana donde no hay nada más que pescadores y negocios locales.
Finalmente encontramos un barco de pesca, bastante grande, más que el otro, en una playa donde desembocaba un río asqueroso, el lugar estaba lleno de basura por todos sitios. Cargamos el barco de nuevo por el agua con la ayuda de unos niños y esperamos a los de Singapur que tras la espera en Tolehu abrieron boca para después embarcar en aquella playa llena de vertidos.

Día 5: Empezamos más tarde, hechos polvo por la paliza del día anterior, el barco seguía sin tener un cm de sombra, hacía falta poner un toldo, cosa que les prometimos desde el primer momento, pero el toldo nunca llegó, estaba “in process”.

El barco de pesca que conseguimos para nuestro buceo en el volcán de Tolehu

El barco de pesca que conseguimos para nuestro buceo en el volcán de Tolehu

Las inmersiones fueron muy bonitas, nos centramos mucho en el Muck Dive para que pudieran fotografiar todo tipo de criaturas extrañas, visitamos las dos cuevas Pintukota y Hukurila, y en el volcan submarino cocinamos unos huevos duros. El volcán está a unos 30m de profundidad, hay que bajar deprisa, según te vas aproximando percibes que de la tierra salen muchas burbujas y hay una pequeña hondonada de arena que es la que tiene la mayor temperatura. La técnica es acercarse con guantes, meter los huevos en una red, quitarse una aleta y con ella excavar un poco, con cuidado porque la arena quema, luego entierras los huevos y para no perderlos los atas a una vara de metal que clavas en el suelo a unos metros de distancia. En ese momento hay que dejarlos un máximo de 5min y controlar tu tiempo en esa profundidad también para no llegar al límite de descompresión. Una vez pasados los 5 min los huevos están cocidos, también se pueden hacer patatas en papel albal, pero el papel de aluminio se lo habíamos encargado a Rafiki y todavía esta “in process”.

De camino a Tolehu, a bordo de la pick up, otro deporte de riesgo

De camino a Tolehu, a bordo de la pick up, otro deporte de riesgo

La verdad es que en estos 5 días he vivido muchas experiencias bajo el agua, un día nos sorprendió una fuerte corriente que nos arrastró a todos, la visibilidad era escasa y resultaba difícil mantener al grupo unido, finalmente aparecimos en mar abierto y el barco tardó un buen rato en avistarnos, cuando llegó la escalera estaba rota, hubo que subir por la zona de los motores y como la corriente era fuerte, arrastró los que se quedaron rezagados o no fueron capaces de agarrarse a la cuerda . Mientras unos cuantos subían al barco ayudados por Ricky, a Maya y a mi nos tocó dejar nuestro equipo y tirarnos al agua a sacar a un par de clientes. Me imagino que por momentos como este el dive mastesr tiene que tener el título de primeros auxilios y rescue diver, yo no lo tengo pero Maya les dijo que si y creo que fue la primera vez que nos felicitaron por algo en aquel viaje.

Algunas veces nos ayudaba a cargar este niño, hijo del capitán de nuestro barco de pesca

Algunas veces nos ayudaba a cargar este niño, hijo del capitán de nuestro barco de pesca

Según transcurrieron las jornadas de buceo los clientes de Singapur empezaron a entender la situación y a tener más empatía con Maya y conmigo. Yo también fui detectando, con el paso de los días, el origen de los problemas. Envié un mail a John que tardé en escribir tres noches porque cada vez que lo intentaba me despertaba al lado del ordenado dormido encima de la mesa, se lo envié y le llamé para decirle que tan solo le daba mi punto de vista a la hora de enfrentarse a una reserva de estas características, había cosas básicas que debía cuidar si no quería empezar a perder clientes en Ambon y que se corriera la voz de que su dive center era de lo más precario. Hubo un detalle que me pareció fatal y es que cuando le pedimos tener oxígeno en el barco, algo esencial y obligatorio, nos dijo que no hacía falta.

Tras bucear uno no debe de volar hasta unas 24h después de la última inmersión, así que en el día de descanso los de Singapur nos invitaron a una barbacoa, eso me dijo Maya, yo pensé por fin no me toca trabajar para ellos y me voy a poder tomar unas cervezas. pero no, se referían a que pagaban los ingredientes para que nosotros les hiciéramos una barbacoa en la playa… jejeje. Esa mañana había llegado mi amigo Mat de Jakarta a sacarse el advance de NAUI con nosotros, él es un experto en hacer tortillas de patata así que nuestra aportación fueron 3 pedazo de tortillas una de ellas con choricito picado cortesía de la madre de Mat.

A la BBQ estaban invitados los marineros, los chavales que nos ayudaron con los equipos y como siempre ocurre en este país, un policía que pasaba por allí y el del ayuntamiento que también pasaba por allí y que sin conocer a nadie, con todo el morro llega y se lanza a la tortilla, se abre una botella de medio litro de cerveza y se apalanca desde donde nos pueda vigilar bien, no vaya a ser que nos portemos mal y haya que sancionarnos con otras dos cervezas, ojo!

Ricky era el rey de las brasas, repartiendo cómo y a quién él decía, con su colección de cervezas abiertas que les había ido quitando a los de Singapur según se despistaban un segundo. Con esas cervezas mantenía a su séquito, los marineros y los chavales que si Ricky reía, ellos reían y si Ricky estaba serio todos serios… todo el mundo estaba liberando tensiones tras una semana infernal.

Los de Singapur quisieron terminar la BBQ con fuegos artificiales que Rafiky les había comprado, unos pedazo de barrenos como un bate de béisbol cada uno que debían clavar en la arena, pero como aquí son brutos a más no poder, el más borracho de todo el séquito de Ricky dijo que él lo lanzaba y cual cañonero se sentó encima del primer bate de pólvora, lo encendió y empezó a disparar abanicos de colores al mar y de la misma forma le siguieron otros cuatro locos amantes del riesgo con el resto de la pirotecnia.

Aquella noche acabamos todos borrachos celebrando el fin de la odisea.

La vida en Namalatu y las primeras inmersiones

Aunque ya me había acostumbrado a fluir en la caótica amalgama de vehículos, personas y semovientes de la ciudad de Ambon, devolvimos el coche al taxista y tomamos un microlet a Namalatu. Por 4.000 Rupias (0,25€) puedes ir de la ciudad a la villa de Latuhala que está a unos 20km por carretera “comarcal”. Los mircrolets son furgonetas pequeñas, estilo Nisan Vanete, con dos bancos corridos en la parte de atrás y una puerta lateral. Las hay de colores rojos, verdes y amarillos para distinguir la ruta y las áreas que cubren.

Aquí la vida se hace a los lados de las carreteras, si quieres parar a un “microlet” solo tienes que dar un par de palmas y un grito con tu destino, si para es que tenía sitio y se dirigía a tu destino. Me encanta cómo tunean los vehículos, lo más importante es el klaxon, cada uno tiene una sirena diferente, a cada cual más salvaje, cuando pitan parece que viene un convoy del ejercito, pero no, es un microlet adelantando. Luego está el equipo de sonido y la pantalla para el dvd, a mi me da la risa cuando empiezan a temblar las ventanas de las casas porque un microlet está pasando con la musica a todo volumen. En mi vida he visto esos equipos instalados en un coche. El resto del tuneo consiste en neones de colores en los bajos, rotativos, flashes en las luces de posición, pegatinas gigantes de calaveras y diablos con mensajes de grupos punk americanos y alerones, les encantan los alerones.

Tienen un indice de tolerancia altísimo, no se estresan en la carretera y mantienen siempre una sonrisa, no les he visto quejarse del desmesurado volumen cargado de graves procedente de un coche o casa a cualquier hora del día o de la noche, ni de las motos sin tubo de escape que pasan a todo gas. Me encanta ver que no se cansan de sonreir, así que yo intento hacer lo mismo.

De camino a Namalatu se puede leer la palabra Hollywood en la Bahía de Ambon

De camino a Namalatu se puede leer la palabra Hollywood en la Bahía de Ambon

De camino a Namalatu, por la bahía te encuentras la palabra “HOLLYWOOD” escrita en letras grandes para ser vista desde los aviones al despegar o aterrizar, es curioso ver cómo critican a los americanos y luego encontrarte cosas como esta, el éxito de la cadena KFC, las pegatinas de los microlets, las camisetas y las gorras de rapero, y lo más importante la música, oyes los top 10 de Miami por todos sitios y el politono de los móviles siempre es un temazo americano. En la mayoría de las casas tienen parabólica y la programación es de las distribuidoras americanas, por supuesto, de hecho aquí se ve muchísimo el canal HBO, que por cierto en España no lo he encontrado. 

La carretera que te lleva a Namalatu está llena de negocios, lo más curioso es la gran cantidad de puestos de venta de gasolina, te la venden en botellas de agua vacías de uno y dos litros, también hay muchas paradas de Ojeks (moto-taxis) y un par de lugares donde han canalizado el agua que baja de la montaña y la comercializan para cargar pequeños camiones cisterna.

La fuertes lluvias llenan los torrentes que bajan de la montaña y en ocasiones arrasan los puentes que construyen para cruzarlos. En el camino a Namalatu hay 3 puentes que cada pocos días reparan, en la mayoría de ellos hay un puente alternativo para poder pasar mientras reparan el que se haya hundido.

El equipo de música estándar en la puerta de una casa

El equipo de música estándar en la puerta de una casa

Cuando es la hora de la salida de los colegios la carretera se llena de niños vestidos de uniforme que recorren varios km hasta sus casas, la mayoría parece que vienen de colegios cristianos. En la carretera hasta Namalatu no he visto ninguna mezquita y me alegro porque si al ruido de las motos sin tubo de escape le sumas el rezo de las cuatro de la mañana… descansar puede ser una tarea complicada.

La puerta que da al mar en frente del dive center

La puerta que da al mar en frente del dive center

Bajamos del microlet, a un lado de la carretera una playa de arena blanca arropada por robustos arboles y cocoteros en una zona de recreo con mesas, césped y menos basura que en las otras playas por las que habíamos pasado, se notaba que esta dependía de la oficina de turismo y recibía una especial atención. Al otro lado de la carretera la casa, el futuro dive center.

Entrada del dive center, el garaje a la derecha y la casa principal a la izquierda

Entrada del dive center, el garaje a la derecha y la casa principal a la izquierda

La casa había estado sin utilizar un tiempo, no se si meses o años, pero al estar a pocos metros del mar la madera de las ventanas se había dañado, el suelo estaba levantado y los techos desconchados. La ama de llaves es Mama San, una mujer que vive en la casa de detrás y cuida la propiedad. En su momento este dive center tenía 3 habitaciones dobles, una de ellas con baño que es la que me he quedado yo. Mama San me puso unas sábanas y me dijo que me traería agua caliente para un cafe por la mañana.

Fachada principal del dive center

Fachada principal del dive center

La casa es muy fresca porque encima de todas las ventanas de la hay unas grandes rejillas de madera por donde el aire, los insectos y hasta un pájaro puede colarse. Aquella noche los mosquitos se dieron un festín conmigo, además los ruidos de la selva, procedentes de animales innombrables y el caer de los cocos u otros frutos me despertaba cada dos por tres, también había ruidos de animales en el doble techo del baño, nunca he sabido si eran ratas gigantes, gatos o pequeños monstruitos. En el patio de atrás hay una charca artificial vacía, una antigua pecera, se llena de ranas que colaboran en la sinfonía nocturna. Para darle el toque de terror surrealista, al lado de la charca hay una estatua de un pescador, de tamaño real y color rojizo desgastada por la pátina del tiempo. Cuando llegué me di cuenta que había alguien ahí observando en silencio, tardé unos segundos en reaccionar y darme cuenta de que no era humano.

Por la mañana, a eso de las 6, el exterior desbordaba vida, se oían niños de camino a la escuela, gente barrer, coches y motos pasar… me desperté y Mama San ya había bajado agua caliente en un termo, ella estaba barriendo y tras un café me puse a ayudar. A lo largo del día vendrían las Ibus a ver el estado de la casa y a seguir con las reuniones protocolarias, así que se había activado el dispositivo para que todo estuviera lo más adecentado posible.

El super mercado del barrio

El super mercado del barrio

Maya y yo habíamos hablado de que el jardín necesitaba una buena mano, como Mama San estaba barriendo yo me puse a arrancar malas hierbas. En 5 min el hijo de Mama San apareció con una podadora de gasolina y nuestro vecino Riki se puso podar. En una mañana el jardín estaba terminado.

Me llenaba de energía ver que a ese ritmo en una semana tendríamos el dive center que soñábamos, en un sitio espectacular, con vistas al mar, refrescado por la brisa y con espacio para todo: garaje, habitaciones, comedor, gran pila para limpiar los equipos…

Por la tarde vinieron Maya y Rafiki, que contagiados por aquél pistoletazo de salida elaboraron una lista de necesidades. En el momento del traslado, John desde Jakarta empezó a publicitar el Dive Center de Ambon y consiguió un grupo de 8 fotógrafos de Singapur que vendrían 6 días a hacer 3 inmersiones diarias.

El trabajo se tenía que dividir, Maya y yo teníamos que elaborar un programa de inmersiones para los fotógrafos y yo debía de bucear con ella todos los días para conocer los sites y sobre todo para sentirme cómodo, me enfrentaba a mi primer trabajo como asistente de dive master con solo 2 inmersiones en la isla a mis espaldas, que hice cuando llegué con Jhon…

La casa de nuestros vecino, donde les compro pan por las mañanas

La casa de nuestros vecino, donde les compro pan por las mañanas

Se suponía que mientras Maya y yo buceábamos, Rafiki, nuestro encargado de logística en tierra, tenía que adecentar el dive center, con nuestra ayuda claro, y preparar todo lo relacionado con la oficina: Formularios de inscripción, tablas de precios, información sobre el dive center… etc.

Durante aquél primer día en el dive center hicimos un calendario de prioridades mientras esperábamos a las “ibus” que al final no vinieron pero durante todo el día nos decían que estaban de camino.

Fueron pasando los días y al dive center no llegaba la pintura para adecentarlo, ni la mesa de oficina, tampoco recibíamos el material necesario para bucear, cuando no conseguíamos bombonas, nos faltaba un BCD y por fin el día que me voy a meter al agua por primera vez con Maya llaman las Ibus y dicen que están de camino. Como siempre todos firmes.

Niños jugando en un árbol a la salida de la escuela

Niños jugando en un árbol a la salida de la escuela

Me sentía desesperado, estaba deseando ayudar a montar este sitio como habíamos planeado, pero todos los días pasaba algo para que no avanzáramos. Mientras por la noche planeábamos una serie de inmersiones y avances para el negocio, a la mañana siguiente era imperativo ir a reportar nuestra actividad a los jefes de la villa de Latuhala, otra mañana había que ir a la policía a llevarles la copia del pasaporte, otra mañana tocaba hablar de cómo recuperar el tiempo perdido perdiendo una mañana más… así que cuando me subían los calores me iba a nadar a la preciosa playa de enfrente de casa.

Estábamos a 5 días de recibir al grupo de Singapur y lo único que habíamos avanzado era conseguir colocar en una habitación una “cocina” que constaba de un fogón de parafina sobre un mueble de madera.

La cocina de ultima tecnología

La cocina de ultima tecnología

Por fin Maya se asustó y le entraron las prisas. En la casa había un almacén lleno de equipos de submarinismos casi nuevos propiedad del departamento de turismo, llevábamos desde el primer día intentando saber si podíamos usarlos o no, pero aquél trámite estaba “still in process”.

Finalmente pasamos cuatro días buceando sin parar, haciendo 4 inmersiones diarias de una media hora cada una para conocer los diferentes perfiles y condiciones de los dive sites que íbamos a recorrer con los fotógrafos de Singapur.

Un grupo de niños bañándose en la playa de Namalatu

Un grupo de niños bañándose en la playa de Namalatu

Delante de nuestro dive center “still in process”, hay dos dive sites muy bonitos, ambos con un muro de coral que se pierde en la profundidad del océano. Por esta zona es muy fácil encontrar al Napoleon Fish, es como un mero gigante que su cabeza recuerda la forma del sombrero de Napoleón. Los que he visto son más grandes que una vaca, pero pueden llegar a superar el tamaño de un coche. También se ven tiburones de punta negra, barracudas y Titan Trigger Fish, este último es un pez agresivo que cuando se enfada levanta una especie de “gatillo” en la parte superior de su cuerpo, es mejor no acercarse porque te puede morder. Le gustan las orejas y la bombona, aquí no me ha mordido ninguno y espero que no lo haga. En Thailandia había muchos, nunca vi el Titan, que es el de tamaño XXL, pero los otros si que me dieron algún mordisco en la bombona.

Morena en el arrecife de Namalatu

Morena en el arrecife de Namalatu

Al iniciar la segunda inmersión en Namalatu me di cuenta de que mi BCD perdía aire por uno de los costados, se había roto una pieza de plastico y tenía un agujero que le cabía un dedo. Le pregunté a Maya si debíamos bucear así o no, y ella me dijo “up to you”, había esperado tanto para empezar a bucear que me lancé. Bajo el agua tenía que ir ligéramente de lado para que el aire se mantuviera en el chaleco, fue un buen entrenamiento, ya que a fin de cuentas si alguien tiene que saber bucear con problemas es un dive master jejeje, sonará muy imprudente, pero si alguna bombona pierde aire, o algún regulador no funciona del todo bien no es el cliente quien lo va a usar sino el guía, por lo menos aquí funciona así.

Nuestra dive master guiándonos bajo el agua

Nuestra dive master guiándonos bajo el agua

El arrecife de coral parece un mundo extraterrestre, lleno de vida y sinergias entre peces, algas, crustáceos… si te quedas mirando un metro cuadrado ves la incesante actividad: minúsculos seres vivos trabajando en su pequeña parcela del gigante arrecife, morenas que sacan la cabeza con la boca abierta para respirar, peces payaso (nemo) dentro de las anémonas, al escorpión fish camuflado en la roca, coloridas nudibranch moviendo las antenitas… es un espectáculo psicodélico. Para poder ver todo esto necesitaría unas gafas de bucear graduadas pero como me fallaron los proveedores de Jakarta me he comprado una gran lupa, la llevo en el bolsillo y cuando Maya me señala algo la saco y veo los detalles.

De camino a Pintukota con Maya y Aldo

De camino a Pintukota con Maya y Aldo

También buceamos en Hukurila y Pintukota, dos cuevas espectaculares. Pintukota dibuja en la costa un arco de piedra que se reproduce a 20 metros de profundidad como dos rocas gemelas. Es un lugar con fuertes corrientes que a ciertas horas del día convierte la inmersión en un buceo complejo. Siendo uno de los lugares más significativos de Ambon, recibe muchas visitas, se supone que debe de haber una boya que marca el dive site a la que agarrarse para descender y ascender de forma segura, cuando alguien corta la cuerda de la boya o esta se rompe los barcos de submarinismo echan el ancla sobre el arrecife de coral para que los buceadores desciendan. En mis primeros cuatro días buceando he podido ver como se destruye coral, como se ensucia el océano y como se maltrata el entorno que nos da de comer.

Un precioso coral en Namalatu

Un precioso coral en Namalatu

Hukurila es otro buceo espectacular, se inicia la ruta por un canal de coral que te lleva a un descenso vertical al centro de una cueva majestuosa llena de corales con 3 posibles salidas, es realmente impactante. A esta inmersión nos llevamos a Aldo, un chaval de Namalatu que nos había dejado un BCD para que yo pudiera seguir buceando, su padre es dive master y solo deja bucear a Aldo con Maya. Lo entendí cuando empezamos a descender por la vertical de la cueva, no conseguía ecualizar bien, de vez en cuando hinchaba demasiado el BCD y había que ayudarle a abrir alguna de las válvulas… vamos se puede decir que el chaval no tiene mucha experiencia y le cuesta. Estoy seguro de que Aldo nunca ha hecho ningún curso, como la mayoría de los locales que bucean, es un deporte caro y suelen apuntarse a salidas como esta con el material que les prestan o con el que algunos tienen para alquilar.

Maya ayudando a Aldo a descender ecualizando correctamente

Maya ayudando a Aldo a descender ecualizando correctamente

Nuestros dos últimos dias de “diving survey” fuimos al lugar por el que Ambon es famoso, único en el mundo, el muck dive. Los fotógrafos suelen disfrutar muchísimo este tipo de buceo y en el caso de nuestros primeros clientes, Maya estaba segura de que iban a querer mucho muck dive.

Este pez no se como se llama pero es rarísimo, ¿podéis distinguir la aleta de la cabeza?

Este pez no se como se llama pero es rarísimo, ¿podéis distinguir la aleta de la cabeza?

Los lugares mejores para practicar el muck dive están en la bahía de Ambon. Nosotros fuimos a Laha y Nama. El perfil es arena, barro, basura y algo de coral blando, su característica es la gran cantidad de extrañas criaturas que puedes ver. Hay que tener mucho control de la flotabilidad y las aletas ya que si levantas polvo puedes perder toda la visibilidad.

Maya anotando los detalles del dive en la "safety stop"

Maya anotando los detalles del dive en la “safety stop”

Aparentemente es un lugar inerte, lúgubre y feo… pero cuando te acercas, en mi caso con la lupa en la mano, no das crédito de la cantidad de extraños habitantes que encuentras. Mi primer hallazgo fueron dos parejas de leaf fish, que si no llega a ser por la vista de Maya, para mi habrían pasado desapercibidos gracias a su cualidad de asemejarse a una hoja o un trocito de corteza. Son finos como un papel, una pareja era marron y la otra verde, se mueven a la vez y crees que son hojas arrastradas por la corriente. Después encontramos una familia de caballitos de mar, unos cuantos scorpion fish y un cangrejo que parecía una castaña, de vez en cuando se abría la extraña castaña como un transformer y daba unos cuantos pasos y después se volvía a convertir en castaña. Impresionante.

El día anterior a que llegaran los clientes de Singapur el dive center seguía pareciendo una casa abandonada, mientras Maya y yo habíamos buceado y elaborado la ruta para los clientes nadie se había encargado de seguir el calendario para poder tener el centro mínimamente presentable. Para añadirle un puto de descojone al tema, tampoco estaba claro qué barco íbamos a usar al día siguiente, ya de noche Rafiki dijo que había encontrado un speed boat de pasajeros que podría servir pero que no tenía escalera.

No me quiero imaginar las caras de los de Singapur cuando lleguen a este lugar, dicen que la gente de Singapur suele ser muy clasista, clientes muy exigentes, llegados de una ciudad treméndamente desarrollada movida por un capitalismo extremo.

Hati – Hati, bule al volante

Unas horas después de la reunión con las “ibus” de la oficina de turismo, fuimos con John al aeropuerto para que cogiera un avión a Jakarta. Todavía quedaban muchas gestiones por hacer, así que me dejo el coche alquilado al taxista macarra durante un par de días. Desde que estábamos en la isla temía el día que me tocara conducir y ese día había llegado. Me acordaba del incidente de los retrovisores y el policía borracho de Seram y me acojonaba cada vez más.

Micolet pasando por la entrada de un barrio de Ambon, donde esperan algunos Ojet (moto-taxis)

Micolet pasando por la entrada de un barrio de Ambon, donde esperan algunos Ojet (moto-taxis)

De copiloto se sentó Rafiki, detrás Maya grabándome un video de mi primera experiencia como conductor en Ambon. Pensé en fluir, ya había visto mucha carretera y me propuse no alterarme. Aquí los dos carriles se pueden convertir rápidamente en cuatro o cinco, te pueden aparecer motos, bicis, camiones, animales o personas por cualquier lado y los agujeros en el asfalto pueden estar ocultos en cualquier charco.

Lo qué más me sorprendía es que Rafiki se asustara de mi conducción y no de la de todos los demás, cada vez que se me ocurría adelantar se agarraba al asiento y se tapaba la cara diciéndome “Hati-Hati Juan”… “Plan Plan” (con cuidado Juan, ve despacio!!!).

Nuestro coche de alquiler. Por fuera todo negro y por dentro con más watios de sonido que una discoteca

Nuestro coche de alquiler. Por fuera todo negro y por dentro con más watios de sonido que una discoteca

Cuando llegamos a la ciudad Rafiki me podio que le dejara en su casa, para que se moviera en autobús cuando tuviéramos que ir a algún lado, yo creo que no se sentía cómodo conmigo al volante. En cambio Maya me ayudó mucho como copiloto, me avisaba de las zonas con controles de policía, cuando una calle de una sola dirección de repente volvía a ser de dos, me gritaba si echaba a alguna moto de la carretera que me adelantara por el arcén… en un par de días me hice con el tema.

Calle central de Ambon, donde podemos ver la variedad de vehículos

Calle central de Ambon, donde se puede ver la variedad de vehículos

Consejos para una conducción segura en Ambon:

  •  Muy atento a los retrovisores, si el coche tiene, y si no hay que calentar bien el cuello antes de iniciar la marcha ya que es en los ángulos muertos se esconden motoristas, ciclistas, animales o viandantes, e incluso medios cuerpos que asoman por las puertas de los vehículos en los que ya no cabe ni un alfiler como los “Microlets” (minibuses locales de transporte de pasajeros)
  • Ojo con los charcos, pueden esconder un agujero a las antípodas.
  • Mantener siempre la mano cerca del klaxon o las luces largas por la noche, hay que avisar cuando tomas una curva, cuando te acercas a un grupo de personas andando por la carretera, cuando quieres adelantar, cuando sales a una calle principal, cuando quieres saludar a los que te gritan “Hello Mr!” … y ojo con la tendinitis en la muñeca, se contabilizan cerca de 3.000 pitadas por hora.
  • Nunca dudar al adelantar y estar dispuesto a que mientras adelantas te adelanten y en dirección opuesta se inicie otro doble adelantamiento, no importa si es una curva o un cambio de rasante. Al final siempre se cabe. Donde caben 3 caben 7, eso está demostrado.
  • Chapurrea el macarra-ambon al grito de “Pele putus malintan pata” hay que aprenderse el dialecto local. “Rata” quiere decir tira recto, “vale” es dale para atrás y los famosos “kiri – kanan” izquierda derecha.
  • En las zonas militares hay que reducir la velocidad, el problema es que parece que todo es militar, pero no, hay zonas que se puede correr y otras en las que no, pero no están seálizadas así que hay que tirar de la intuición.
  • En la ciudad no hay pasos de cebra y para cruzar la gente agita la mano a la altura de la cadera y pasa, no hay que parar, solo fluir.
  • No hay ceda el paso ni stop ni las rotondas se utilizan como a nosotros nos han enseñado, de nuevo hay que fluir y conocer las medidas del vehículo para que todo funcione como una amalgama de engranajes, parece imposible pero todavía no he visto ningún golpe en estas corrientes de vehículos que se mezclan de todas las maneras posibles.
  • Entre todo este caos en medio de la carretera principal que rodea la bahía de Ambon solemos encontrar un coche militar escoltando a un jefazo del ejército que le gusta hacer salir a correr en hora punta. A este mejor no pitarle.
  • Como pasajeros si viajamos en el techo de un vehículo es importante vigilar las ramas de los arboles si no queremos perder la cabeza.
  • Debemos llevar dinero suelto para los gorrillas, están en cualquier zona de la ciudad en la que paremos, normalmente se aparca en batería, cobran 1.000 rupias a las motos y 2.000 a los coches, llevan un silbato de juguete y te ayudan a salir marcha atrás.
  • Visión nocturna: Todos los vehículos llevan un tintado en las lunas que es como el de unas gafas de sol muy oscuras para no abrasarse por el día, el problema viene de noche cuando solo ves las luces de los otros coches. Por eso hay que llevar siempre las largas y los anti niebla y contar con que hay muchas motos sin luces y bicicletas que no vemos.
  • Olvidar la conducción eficiente, nos tenemos que acostumbrar a quemar gasolina, acelerar, frenar y si está en nuestra mano prescindir del tubo de escape para que nuestro vehículo suene más “local”, aquí es lo que se lleva. La gasolina cuesta 6.000 Rupias el litro, unos 35 centimos de euro.
Conductor de un "becak" esperando clientes, mientras pasa un Ojek (moto-taxi) que lleva a una mujer sentada de lado.

Conductor de un “becak” esperando clientes, mientras pasa un Ojek (moto-taxi) que lleva a una mujer sentada de lado.

Pasé un par de días con el coche, se suponía que tras el trato con las “ibus” de turismo debíamos trasladarnos al futuro dive center en la playa de Namalatu, situada en la villa de Latuhala que dista unos 15km de la ciudad de Ambón. Al final nos volvimos a reunir en sus oficinas con el fin de ponernos manos a la obra, había que inventariar lo que quedaba del antiguo dive center que se había alojado en Namalatu, valorar los costes de las reparaciones y reformas del inmueble etc… debíamos estar listos para empezar a recibir clientes.

Funcionaria del estado esperando mientras le sirven un helado, elaborado con hielo picado y siropes.

Funcionaria del estado esperando mientras le sirven un helado, elaborado con hielo picado y siropes.

Como ya he contado anteriormente, las reuniones con la administración llevan mucho protocolo y yo como no me entero del mensaje, porque no hablo el idioma, me quedo con las formas y me fijo más en los detalles.

Entramos de nuevo en aquel despacho de largos saludos acompañados de “ibu” al final de todas las frases, sonrisas, reverencias, gestos de cordialidad… La “ibu” más importante estaba sentada en una gran mesa de oficina sin ordenador, debía ser la jefa del gabinete de la consejera de turismo con la que tuvimos la primera reunión hacía dos días, llevaba el mismo vestido desde entonces, con la misma mancha de comida en el pecho…en cambio su secretaria, que nunca hablaba, se había cambiado, y esta vez dijo un par de frases en ingles para saludarme cuando entramos.

Tras los saludos y reverencias la reunión empieza, sacan los cuadernos de notas, tamaño cuartilla, todos de renglones y portadas infantiles como los de la escuela primaria. Hablan de muchas cosas pero no escriben casi nada. Yo no hablo el idioma pero les oigo enumerar cosas sin apuntar, así que aunque no se de lo que hablan yo siempre le digo a Maya y a Rafiki, después de oirles hablar un rato, que lo escriban, así pueden explicarme más tarde los avances hechos en la reunión.

Salimos del despacho con el habitual empalague de despedidas, cuando bajamos las escaleras, en la planta baja seguían metidos en una sala enorme un grupo de 4 o 5 personas, con la luz muy baja, uno en el organillo tocando canciones de catequesis y cantándole al Señor y los demás con el cuello torcido dormidos en las sillas de madera, menos uno que parecía estar en trance, con los ojos cerrados, moviendo la cabeza como diciendo no-no-no. Cuando pregunté me dijeron que era la sala de rezo para los protestantes. No se si rezaban o no, pero llevaban un hora y media de siesta y ni a ellos ni al resto de funcionarios del edificio parecías molestarles el altísimo volumen de los altavoces de discoteca conectados al órgano y al micrófono.

En fin, terminada la reunión habíamos llegado a un acuerdo y tras diez días de espera me podía trasladar al futuro dive center.

La pre-producción de un “dive center”

Tras aquel primer día de cansancio, calor e impactantes contrastes llegamos al lugar que Rafik había gestionado para que pasásemos los primeros días. Se trataba de la residencia militar del complejo Patimura. Allí se aloja el Patimura Dive Club, que es el club de buceadores del ejército, a ambos lados de la residencia hay dos grandes cuarteles de infantería y en frente la enorme estatua del gran héroe nacional Patimura. Nos dieron una habitación a cada uno con a/c baño “occidental” y tv, todo un lujo por 150.000 rupias al día, unos 9€. Viendo los precios que hay por aquí esto era un dineral, pero estábamos en el centro. Mi cámara, ordenador y dinero no podían estar bajo más vigilancia y John ya me había advertido que en cuanto nos dejaran trasladarnos al nuevo dive center podría vivir allí gratis, que por cierto, la palabra gratis es igual en Español que en Bahasa.

Patimura Diving Club: Club de buceadores del ejército

Patimura Diving Club: Club de buceadores del ejército

Estábamos en el centro de Ambon a la sombra de Patimura, un héroe nacional que mató a un incontable número de holandeses y que solo con mirar la gigante estatua que le representa se te ponen los pelos de punta, alrededor hay una zona deportiva con canchas de baloncesto, boleybol, fútbol y una pista de atletismo, todo muy funcional sin ningún tipo de lujo, pero que da servicio a muchísima gente al día.

Thomas Matulessy: Capitán Patimura

Thomas Matulessy: Capitán Patimura

Es sorprendente ver de qué forma tan diferente hacen deporte aquí, los que quieren adelgazar corren con chaquetas y pantalones de plástico negro con capucha, me mareo solo de verles. Casi todo el mundo va con camisetas de futblo málamente falsificadas  y la camiseta que más ves por aquí es la del Barcelona.

Zona deportiva de Ambon

Zona deportiva de Ambon

Al día siguiente de nuestra llagada nos fuimos a buscar un barco. Un centro de buceo tiene que tener uno donde poder llevar a unos 10 clientes, con sus equipos, los tanques de aire y ha de ser cómodo para tirarse al agua una vez te has equipado.

Para seguir con las gestiones John le ha alquilado el coche al taxista y envueltos en ritmos Amboneses bien cargados de sub graves hemos ido a recoger a Maya, la actual dive master, futura instructora y encargada, junto con Rafik, del nuevo dive center.

A los pocos segundos de subirse al coche ya estaban John y ella descoronados de risa hablando en su idioma, no tengo ni idea de lo que decían pero a veces me contagiaban, tienen un temperamento parecido al español, no sabes si discuten hablando de esa forma tan acalorada, el caso es que al final se parten de risa.

A diferencia de Rafik, Maya habla bien ingles, con cerca de 5000 inmersiones a sus espaldas ha trabajado en muchos lugares de Indonesia como dive master y tiene casi todas las certificaciones, PADI, CMAS, ADS. La idea de John es que yo sea su asistente con los clientes y me prepare como dive master, mientras ella se forma para ser instructora instructora.

Hicimos otra parada para recoger a Saul, nuestro contacto que nos llevaría en busca del barco en oferta. Aquí no hay concesionarios ni una página como segundamano, aquí hay que saber de alguien que conozca a alguien y te puede llevar a verle, allí te sientas a negociar, echas el día… otro ritmo de vida.

Saul, con sus largas uñas, de camino a Seram

Saul, con sus largas uñas, de camino a Seram

Nos dirigíamos a la Seram, la isla que está al noreste de Ambon con el coche metido en uno de esos ferrys que tanto usan aquí para pasar bahías y moverse entre islas, tienen una habilidad tremenda para cubicar los barcos con toda clase de vehículos, personas y mercancías. Una vez en Seram, tras un par de horas de viaje por unas carreteras de mala muerte llegamos a una pequeña población, desde ahí caminamos hacia la costa a través de la densa vegetación, hasta que llegamos a una casa donde vivía una familia que tenía el barco allí parado, flotando a unos metro de la playa, con la pintura desconchada, sin motores, debía de ser barato porque estaba bastante deteriorado.

El barco

El barco

No solo estaba viejo, sino que se trataba de un speed boat de pasajeros que debía ser transformado en un barco de buceo, lo que llevaría un buen trabajo añadido con la fibra de vidrio.

Los niños de la familia jugando dentro del barco en venta

Los niños de la familia jugando dentro del barco en venta

John y el dueño charlaron unas horas sobre el estado del barco, sin prisa ninguna, se sentaron a negociar y finalmente nos fuimos. parecía que habían llegado a un acuerdo

En el  vviaje de vuelta tuvimos la mala suerte de golpear nuestro retrovisor contra el retrovisor de un microlet, uno de esos pequeños microbuses que que plagan las carreteras. Nuestro espejo saltó y quedó intacto en la carretera y el cristal del suyo se rompió.

En este país no hay seguros para los vehículos, o por lo menos no son obligatorios ni tengo constancia de que nadie de los que conozco tenga seguro de coche o moto. El proceso es bajarse del coche y negociar, todos los testigos se acercarán a la trifulca y opinarán, es ahí, insitu, donde tienen que pagarse los desperfectos o llegar a un acuerdo. En nuestro caso el conductor del Microlet decia que se le había metido un cristal en el ojo, asi que tuvimos que llevarle al hospital y pagarle una consulta, aunque fue su vehículo el que había invadido nuestro carril, pero por no discutir John accedió a llevarle al hospital. El doctor dijo que no tenía nada, le mandó unas medicinas que fuimos a comprar a una farmacia y dimos el tema por zanjado. Yo creo que estos chavales del Microlet querían sacarle algo de dinero a John, pero al final se quedó en unas simples medicinas y y más de dos horas de negociaciones en la carretera.

Cuando estábamos esperando para volver a tomar el ferry a la isla de Ambon, se acercó un policía que reconoció el coche y nos dijo que teníamos que volver a solucionar el problema del accidente, que el chico estaba lesionado y debíamos acompañarle. Los ojos del policia estaban vidriosos, su aliento apestaba a alcohol y mientras le seguíamos el manejo de su moto le delataba, llevaba un considerable pedo de sobremesa.

Personal portuario en el ferry de Seram

Personal portuario en el ferry de Seram

Cuando llegamos de nuevo al lugar, el chico se sorprendió de vernos y nos dimos cuenta de que el policía no sabía que ya le habíamos llevado al hospital y habíamos cumplido con todo lo que este chico necesitaba. Así que volvimos a coger el último ferry a Ambon, un poco más y tenemos que echar la noche en Seram.

Al día siguiente fuimos a ver a una gente que trabajaba la fibra de vidrio para que nos dieran presupuesto y poder valorar el coste total del barco. Tenian el taller un terreno en la linea de costa de la bahía de Ambon, una caseta a modo de oficina y bajo un techo de uralita varios barcos en reparación, una decena de chavales trabajando, un montón de bidones de resina volcados por el lugar y mucha mucha basura y residuos.

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El barco iba a tardar unos meses en estar listo, así que nos pusimos con lo verdaderamente urgente que es tener el local para el dive center. El lugar que nos tiene enamorados esta en Namalatu, en la población de Latuhala, costa sur de la isla a 15 km de la ciudad de Ambon, es una casa que ya fue sede de un dive center y pertenece al departamento de turismo del archipiélago de las Malucas. La propiedad esta a escasos 10m de la playa en una zona limpia y cuidada, muy diferente del resto de playas que había visto en mi camino a Namalatu. El lugar es frecuentado por turistas locales cada fin de semana y la playa cuenta con instalaciones para los bañistas como vestuarios, baños y puestos de comida.

El problema de este lugar es el precio, el tamaño y el estado en el que está. Es grande pero lleva varios años sin usarse y como los barcos, tan cerca del mar, está comido por el salitre. Lo bueno es que tiene mucho espacio e incluso 3 habitaciones preparadas para alojar a posibles clientes.

Nuestro objetivo ahora era establecer las alianzas con la administración para que nos ayudaran y se redujeran los costes de este lugar. Al ser propiedad del departamento de turismo había que reunisrse con la jefa de turismo de Seram, que se suponía que iba a estar en su despacho de Ambon desde hacía ya un par de días pero pero en realidad estaba en Bali, con otros asuntos, ya que tenía oros puestos políticos en Indonesia, vamos como nuestra Cospedal,

Según pasaban los días me daba cuenta de que aunque la situación requería operatividad, el entorno lo impedía. En mi mente de “producción” tenía cada vez más claro lo que se necesitaba para que el dive center tuviera fecha de apertura, pero si no cambiaba el chip, solo iba a conseguir desesperarme.

Llevábamos tres días diciendo que a la mañana siguiente a las 9 había que estar en el despacho del alcalde de Ambon, yo me lo tomaba en serio y me levantaba a las 7:30 y esperaba a John… nunca llegamos a ver al alcalde, ni a las 9 ni nunca, fuimos un día de prisa y corriendo porque nos llamaron del ayuntamiento, porque eso si, si te llaman los de arriba dejas todo y vas, pero cumplir con un compromiso tuyo personal y hacer lo que te has propuesto, eso jamás.

Pasaron los días y cada vez estábamos más estancados al no poder cerrar el trato del local para el dive center. Igual que con el ayuntamiento, tras una semana sin contestar a las llamadas de John, de repente una mañana nos llaman para que vayamos inmediatamente al ver a Ibu no se quien, Ibu no se cuantas y otra Ibu. Ibu se usa para tratar con muchísimo respeto a una mujer, en este caso a la Jefa de turismo del archipielago de las Malucas y su gabinete de ibus.

El protocolo es tremendo, llegamos con la lengua fuera y cuando nos bajamos del coche  -¡Juan! ¿¿Has venido en pantalones cortos??-  Así que rápidamente me toco aprenderme cómo se decía: Buenos días Ibu, como está ud ibu? Discúlpeme por mi falta de educación Ibu, no tenía pantalones largos limpios ibu…. menuda pantomima jajajaja!

Pasamos por un par de despachos antes de entrar en el de las super Ibus, que era grande con sofás y una máquina de aire acondicionado que me dejo tiritando. Al final lo de mis pantalones cortos fue una muy buena forma de quitarle formalidad a la reunión y darle un poco de gracia al asunto. Yo no entendía nada, pero creo que con los políticos no hace falta, son todos iguales: protocolo, sonrisas, ambigüedad y “te dejo el contacto de mi gabinete”, que son con los que al final te toca pelearte.

Igual que nuestros queridos políticos, aquí viven de lujo, en una burbuja constante, lejos de la decadencia de sus calles, de los vertidos de sus playas, sumidos en la corrupción pero con la apariencia de luchar contra ella, hablando de medio ambiente… ¡Por Dios!, en un país donde el gobierno no se ocupa de las basuras, donde queman todos los residuos en la puerta de las casas, en las playas… me tiene indignado ver la calle central llena de papeleras con dos compartimentos (orgánico y reciclaje),nuevas, todavia con los plasticos protectores, instaladas una cada 10 metros, unas 50 papeleras… Podrían  haber puesto una en cada zona de la ciudad, digo yo, pues no, todas seguidas en la calle central y cuando pregunto cómo procesan esos residuos me dicen que lo mezclan todo y lo queman, así que la gente, lógicamente, pasa de las papeleras y hace lo mismo, cada familia o cada casa tiene una zona donde quemar la basura… y lo queman todo: plásticos, latas, cristales… y si la montaña es muy grande la extienden, la entierran y a seguir con el día a día.

Los canales muestran la falta de medios para procesar las basuras

Los canales muestran la falta de medios para procesar las basuras

Para que nos hagamos a la idea de la magnitud del problema, Malasia y Singapur se quejan porque les llegan los humos de la quema de basuras y mis amigos los pilotos me cuentan que muchas veces tienen que intentar varias veces el aterrizaje porque el humo no les deja ver la pista.

Me duele ver que un paraíso natural como Indonesia esté tan mal gestionado y que su gente no esté educada para valorar el tesoro que tienen. Solo conocen esto y la mayoria disfruta más quemando gasolina en una moto trucada sin tubo de escape que en una playa con aguas cristalinas y es normal, la playa la han visto desde que han nacido y nadie les ha ayudado a darle valor, muy pocos son conscientes del potencial de sus tierras.

Tienen las mejores playas del sureste asiático, precios baratísimos para atraer turismo, una gente abierta, amable, divertida, tienen un sin fin de islas, selva, volcanes, especias, petróleo y las aguas más bonitas que uno se pueda imaginar. Pero no lo cuidan, nadie les enseña a cuidar el medio ambiente y eso me duele en el alma.

Y dicho esto, llegamos a un acuerdo con las ibus.

Inmediatamente despues de la reunión, fuimos al aeropuerto paraa que John volviera a Jakarta, sin reunión previa ni hoja de ruta, antes de subirse al avión, me dio las llaves del coche y nos dijo a Rafiki a Maya y a mi: os dejo a cargo de todo esto, los clientes empezarán a llegar en 2 semanas.

Link

Como decía en el posta anterior sobre Jakarta…

 Desde el coche oímos un hombre gritar a través de un megáfono y gente mirando en esta dirección pero andando hacia otro lado, cuando pudimos ver al hombre, este empuñaba un machete de 1m de largo en una mano y en la otra sujetaba el megáfono, como enloquecido pronunciaba unas palabras de terror y frente a él estaba un ser humano, no sabemos si hombre o mujer, atado de pies y manos, envuelto en una sábana blanca cubierto de los pies a la cabeza, subido de pie en unas cajas. A su cuello atadas dos sogas sujetadas por otros dos hombres uno a cada lado que tiraban de ellas dando la sensación que le iban a romper el cuello en cualquier momento. No sabemos como terminó esto, pero tras preguntarle a Andi, e insistir, porque no se quería mojar, suponemos que habían ejecutado a esa persona, estábamos pasando por una zona musulmana donde la ley que impera es la de ellos y esos son su métodos de castigo

Ambon, City of Music

Después de muchos días de lluvia tropical en Jakarta, de esa que cae desde todas partes y que casi no se distinguen las gotas, llegamos a Ambon en un día parcialmente nublado pero sin grandes charcos ni señales de que un ciclón lo hubiera azotado. Nos encontrábamos a 3 horas y media de avión de la capital Indonesia dirección noreste con una diferencia horaria de dos horas con Jakarta. Ahora mismo estamos a 8 horas de diferencia de España, cada vez más cerca de las antípodas.

Ambon Manise - zona de recreo deportivo en el centro de Ambon City

Ambon Manise – zona de recreo deportivo en el centro de Ambon City

El aeropuerto era como me lo imaginaba, podría asemejarse más a una estación de autobuses que a un aeropuerto. Por cierto, aeropuerto aquí se dice “bandarra”.

El aeropuerto está en la bahía de Ambon, la aproximación a la pista de aterrizaje la hacen los aviones desde al mar y el despegue a la inversa, además la pista de aterrizaje tiene una ligera pendiente, y los aviones siempre tienen que aterrizar y despegar en la misma dirección. Desde el aire la isla de Ambon se ve verde, con unas robustas montañas completamente pobladas de vegetación, un tupido entramado de árboles, palmeras, arbustos que nos muestra el poder de la naturaleza en las zonas tropicales.

La preciosa linea de costa de la isla de Ambon

La preciosa linea de costa de la isla de Ambon

Con una población de cerca de 300.000 habitantes, la isla de Ambon aloja la capital de la región del archipiélago de Maluku, al norte del mar de Banda. Es una isla pequeña en comparación con su vecina Seram y está situada al sur del archipiélago. El aeropuerto se encuentra en el lado opuesto de la bahía de la ciudad de Ambon, por lo que hay que rodear esta en coche o cruzar subiendo el vehículo a un ferry que te ahorra una vuelta de casi una hora.

Tras despedirnos de Mata, en el Aeropuerto nos esperaba Rafik, al que yo bautecé con el nombre de Rafiki inmediatamente, venía con el suahili en la cabeza después de conocer a los taxistas de Doha. Rafiki en Kenia lo usan para decir “buen amigo”.

Rafik, yo le llamo Rafiki. Él se encarga de toda la logística

Rafik, yo le llamo Rafiki. Él se encarga de toda la logística

Rafiki iba vestido de beige, con pantalón de pinza y camisa, cuando le pregunté, me dijo que trabajaba para el gobierno. Rafiki no habla nada de inglés, así que es con John con el único que puedo hablar de forma algo más fluida.

Nos tenía preparado un taxista local donde subimos las maletas, había que tener cuidado por que en el maletero había un equipo de sonido digno de ser premiado en una competición tunning. Tenía una etapa de potencia con unos grandes ventiladores iluminados por leds de colores y a los lados unos altavoces enormes. En la parte de adelante del coche llevaba ortos dos altavoces más pequeños colocados en un soporte construido a continuación del salpicadero y la radio era una gran pantalla táctil donde seleccionabas las canciones. El coche no era gran cosa, un “Toyota Avanza” pero en tema de sonido no habían reparado en gastos. Por otro lado estaba el tintado integral de los cristales. Tenía un tintado negro con espejo que te resultaba imposible ver quién había dentro del coche y cuando te metías dentro la luz del sol se atenuaba como cuando miras a través de unas gafas de sol bien oscuras.

Los "microlet" son pequeños colectivos que recorren rutas por la ciudad dibujando la red de transporte urbano

Los “microlet” son pequeños colectivos que recorren rutas por la ciudad dibujando la red de transporte urbano

Nos pusimos en marcha, aquí la conducción es un caos que solo ellos entienden, los vehículos te adelantan por todas partes, te pitan para avisar y jamas respetan una rotonda, un ceda el paso o un stop, jamas. No exagero, todo fluye de una forma insensata pero fluye, todos ceden y todos imponen su marcha y al final es un todos a una que parece el andar de la gente por una calle transitada. ¿Por qué no nos chocamos cuando andamos? debe de ser algo así lo que les pasa en estas carreteras. Me considero un conductor todo terreno, pero espero no tener que coger un coche aquí. Con una moto si me atrevo, es como una bici, te mueves entre el tráfico con más facilidad, pero un coche es otra cosa. Adelantan en curvas, cambios de rasante líneas continuas avisando con el claxon o las luces al de adelante y este se aparta un poco para que cuando venga alguien de frente quepáis los tres coches, las dos motos, la bici y algún animal… todos juntos en armonía.

Calle de la villa de Tolehu con su mezquita al fondo

Calle de la villa de Tolehu con su mezquita al fondo

Nadie quiere tener un accidente por aquí, el primer problema es que no entienden el concepto del seguro obligatorio para cubrir daños a terceros, si te das un golpe te bajas y lo arreglas ahí, negocias y pagas si tienes que pagar o te pagan lo necesario. Para un pequeño incidente te puedes tirar toda la mañana discutiendo asi que no me quiero imaginar en el caso de un accidente grave. Por la parte que me toca en una trifulca de carretera como “bule” que soy tengo todas las de perder, así que mucho cuidado cuando conduzcamos por Indonesia.

Aquí todos los niños tienen una camiseta del FCB

Aquí todos los niños tienen una camiseta del FCB

Nuestro colega el conductor del coche tunning calzaba unas uñas de de entre 5cm y 8cm, con las que hacía ruiditos en el volante al ritmo de la música, Nos dirigíamos a tomar el ferry que nos llevaría al otro lado de la bahía donde está la ciudad de Ambón, mirando el mar por la ventanilla pude ver al lado de la carretera, asomándose al mar y estratégicamente situadas como el letrero de Hollywood, unas enormes letras rojas que decían: AMBON CITY OF MUSIC. Eso y el sound system del coche de nuestro conductor me hacía pensar que este era un lugar divertido, con ritmo, con arte, con alegría.

Eran las 7 de la mañana y paramos a desayunar. Aqui muchos restaurantes son como cocheras abiertas a pie de calle con unas cuantas mesas y una vitrina donde exponen la comida. Para desayunar nos tomamos un nasi puti (arroz blanco) con un poco de todo lo que había en la vitrina,  fideos, verduras parecidas a la acelga con chilis, un crujiente de cereal y miel, tofu, soja, una especie de atún que no era atún y un pescado seco rebozado con chili. A mi me pidieron que me acercara a elegir, pero preferí que me pusiesen lo mismo que a mis compañeros. Mi experiencia en estos sitios me dice que la vista te traiciona, te sueles acercar a la vitrina y juzgas sin ningún criterio un montón de cosas que te dan asco y finalmente eliges una mezcla asquerosa, como si en España pides ensaladilla rusa con gachas, callos y unas gambitas por encima.

"Nasi campur": Arroz blanco con un poquito de todo por encima

“Nasi campur”: Arroz blanco con un poquito de todo por encima

Tras este desayuno pensé que me esperaba una durísima alimentación, aunque he de reconocer que no estaba malo y que después de un viaje largo y una noche sin dormir, ese planazo de arroz con todo ese picante me había puesto las pilas.

El objetivo del viaje a Ambon es dejar un Dive Center montado, para eso hacen falta una serie de elementos básicos, acuerdos con la administración, personal, clientes… y para eso esta John aquí, para preparar el terreno y establecer las alianzas necesarias.

Puerto de speed boats de Tolehu, desde donde se va a las islas cercanas

Puerto de speed boats de Tolehu, desde donde se va a las islas cercanas

Durante el día, cansado y sensitivo, fui tomando conciencia del lugar al que había llegado, al principio me hice una idea errónea, fruto de ese cansancio, los prejuicios y el desconocimiento de lo que veía. Una de las cosas que me asustó fue la cantidad de militares, policías, coches del gobierno y elementos “oficiales” a mi alrededor, una de cada tres personas llevaban el uniforme de Rafiki, uno de cada tres vehículos llevaba la matrícula roja del gobierno o de la policía o del ejército. Lo más impactante es que de repente oyes a un grupo de personas cantando al unísono una marcha militar, te giras y son un grupo de militares o policías corriendo por mitad de la calle, arramplando literalmente entre el tráfico y sudando como no he visto aura a nadie, corren a las 2 del medio día y te los cruzas una o dos veces cada vez que sales a la calle, eso si, se ve perfectamente quienes son los oficiales que esperan a la sombra de algún árbol a que la columna de cadetes llegue y luego se adelantan a la siguiente sombra en moto.

El "Becak" es uno de los medios de transporte típicos de Ambon.

El “Becak” es uno de los medios de transporte típicos de Ambon.

Según vas viendo más y más militares, cuarteles, policías y toda clase de funcionarios pasas del miedo a la risa, dejas de generalizar y te fijas en los detalles. Hay puestos militares estratégicamente colocados en los cruces de las calles principales en altura y establecidos como si fueran un nido de ametralladoras, eso si policía y militares no comparten sus puestos de control, por lo tanto al lado de cada puesto de militares hay uno de policía. Si te fijas bien, entre la uniformidad, las armas y los escudos, está un militar durmiendo sobre su fusil en una mesa, un grupo de policías jugando a las cartas… y cuando pasas por delante todos te saludan “Alo Mister… how are you??”

Niños jugando en Tulehu, una villa musulmana

Niños jugando en Tulehu, una villa musulmana

John dice que ya no hay conflicto en Ambon, pero que para mantener los presupuestos de defensa mantienen la tensión. Desde mi punto de vista es tensión visual, por que la gente es encantadora y conviven como no he visto convivir antes en ningún otros sitio. En Ambon ves iglesias y mezquitas por todos sitios, una al lado de la otra y el clima es muy bueno, los niños y niñas van a la escuela de la mano unas con velo y otras con una cruz al cuello.

Sencillamente: convivencia

Sencillamente: convivencia

El mejor ejemplo de convivencia y deseo de paz es el “World Peace Gong” un monumento en el centro de Ambon construido por Naciones Unidas, conmemorando el día que el pueblo de Ambon firmo la paz por si solo, sin acuerdos militares ni oficiales, simplemente en 2004 los días 25 y 26 de diciembre, coincidiendo con las festividades cristiana y musulmana, los habitantes de Ambon pusieron fin a su lucha armada y se prometieron no volver a matarse entre hermanos como lo habían hecho desde el año 92.

John a la izquierda charlando con un dive master local

John a la izquierda charlando con un dive master local

Esta guerra ha debido de ser terrible, si eras cristiano y tenías un hermano en la zona musulmana o viceversa y se te ocurría ir a visitarle, te cortaban en pedazos y te tiraban al mar, así me lo contaba una chica cristiana con la que hablamos.

La basura enla costa es otra característica de Indonesia

La basura enla costa es otra característica de Indonesia

El primer día fue impactante, caluroso, ajetreado, fuimos a varios lugares donde John tenía pensado montar el dive center y finalmente llegamos al paraíso. Indonesia se caracteriza por su suciedad, la paupérrima educación sobre ecología de sus habitantes y el mal procesamiento de los residuos. En Ambon esto se ve en toda la linea de costa, en las calles, en las carreteras… pero finalmente llegamos a una zona que el departamento de turismo tiene más mimada y sin duda este era el lugar donde Global Dive Ambon taína que tener su sede.

Playa en frente del futuro Global Dive Center - Ambon

Playa en frente del futuro Global Dive Center – Ambon

Jakarta

Jakarta ha sido una carrera de obstáculos en toda regla. Por fin estoy en Indonesia, lo que llevaba rondando en mi cabeza desde hacía meses, o quizás años, desde que dejé la isla de Pulau Weh en 2008, se hacía realidad.

Barrio de Jakarta desde el balcón de Thamrin

Barrio de Jakarta desde el balcón de Thamrin

Indonesia es un país que me enamoró, la teoría de que cuanto más al sur más cálida es la gente se reafirmaba en mi cabeza cuando llegué a Medan en aquel viaje que me llevó desde China hasta Singapur, y si había un destino que quería explorar con más tiempo ese lugar era Indonesia.

Mirando el movil

Una niña mira su movil mientras espera la comida

Mi amigo Mata me había advertido de que cuando saliera del aeropuerto de Jakarta en la terminal de llegadas debía subirme a la terminal de salidas para hacerme con un taxi que acabara de dejar a alguien para así evitar el clásico suplicio que supone negociar un transporte en estos aeropuertos de asía. En Bangkok es igual, cuando sales te esperan cientos de personas ofreciéndote un precio cerrado por el trayecto, o cobrándote una tasa extra especial para extranjeros despistados en un lugar desconocido y deseosos de llegar a un hotel donde empezar a organizarse.

Las instrucciones eran que cogiera un taxi azul y que le pidiera usar el “meter” (taxímetro). Así lo hice. Le pedí al taxista que pusiera música y me relajé en el asiento de atrás. Entrábamos en la ciudad de noche, por una autopista de 4 o 5 carriles a un ritmo frenético. Jakarta está llena de edificios de 30 o 40 plantas y carteles publicitarios iluminados con leds de todos los colores. La carretera es una carrera constante animada por claxon y ráfagas de luces largas que los conductores utilizan de una forma totalmente diferente a nosotros. Aquí las reglas están para rentabilizarlas, modificarlas o customizarlas a su manera.

Custom tuc tuc

Custom tuc tuc

Un ejemplo es el mínimo de dos pasajeros por vehículo en la autopista que te lleva al centro, igual que nuestro carril BUS-VAO, por eso te encuentras a filas de personas con la mano levantada antes del peaje que se suben en los vehículos de un solo conductor para que este pueda entrar en la autopista y ganarse unas rupias. Luego se bajan en el siguen peaje y vuelven a hacer la misma maniobra, a mi me pareció una manera graciosísima de ganarse la vida.

Los niños del paraguas que tes esperan a la salida de los centros comerciales

Los niños del paraguas que tes esperan a la salida de los centros comerciales

En el mismo centro de Jakarta estaba el lugar donde viven mis amigos, un complejo de 5 torres de más de 40 pisos con todo lo que uno pueda necesitar: Supermercado, restaurantes, terracitas, servicios de lavandería, dentista… y en el medio de las torres una gigante piscina y 2 jacuzzis con vistas al resto de la ciudad. Este complejo se llama Thamrin Residence y es un auténtico lujo vivir en él. Allí viven trabajadores de empresas multinacionales, locales adinerados y bastantes pilotos. Mis amigos trabajan de pilotos en Lion Air y tras ver su ritmo de vida entiendo que Thamrin sea el mejor lugar para vivir.

Piscina de Thamrin

Piscina de Thamrin

Lion Air es una compañía aerea que crece y crece cada día y que necesita muchos más pilotos de los que puede formar y contratar. Por esta razón los pilotos de Lion Air trabajan todas las horas que permite la ley y alguna más seguro, y tan solo libran 4 días al mes, así que entre los saltos que realizan y el poquísimo tiempo que tienen para integrarse en Jakarta, Thamrin les proporciona todo lo que necesitan en esas 24h libres que les queda a la semana, en el centro y con todas las comodidades. Ahí es donde he tenido mi base en mi estancia en Jakarta. Un auténtico lujo.

Mi estancia en Jakarta era lo que iba a decidir el resto de mi viaje por indonesia, sabía que quería pasar el mayor tiempo posible buceando en un lugar maravilloso pero no sabía donde y venía con una buena lista de tareas a realizar antes de dirigirme a mi destino final. Lo primero era comparar precios, destinos y cursos de submarinismo siendo mi intención volver a España con el Dive Master y a partir de aquí empezaba la checklist:

  1. Encontrar el mejor destino para bucear.
  2. Ir al dentista
  3. Buscar una mascara con cristales graduados
  4. Comprarme un dive-com (ordenador de submarinismo)
  5. Extender el visado a 2 meses
  6. Cambiar dinero
  7. Comprar una guia
  8. Etc.

La verdad es que los primeros días todavía son confusos en mi cabeza, tengo fama de que me gusta la fiesta y es verdad, me encanta salir, bailar, conocer gente… y eso mis amigos lo saben y quisieron mostrarme un Jakarta que sin ellos jamás habría conocido.

Puestos de comida ambulantes que alimentan a media ciudad

Puestos de comida ambulantes que alimentan a media ciudad

Me gustaría poder compartir esa experiencia pero tendría que abrir otro blog con un pseudónimo y prefiero no hacerlo. Solo se que los occidentales que vamos de modernos y liberales no le llegamos ni a la suela del zapato de esta gente. He trabajado en los eventos de ocio nocturno más importantes de España y os digo que a la noche de Jakarta no tiene parangón. Quien conozca los sitios en los que he estado sabe que solo puedes venir y vivirlo, por que no hay forma de contarlo. Y resucitó al tercer día decía un libro bien famoso jejeje.

Los canales de Jakarta cruzan toda la ciudad

Los canales de Jakarta cruzan toda la ciudad

En mi búsqueda de lo esencial, que era el centro de buceo y el destino perfecto, tras tantear unos y otros, hablar con los pilotos de cuales eran las mejores aguas que ellos habían divisado, di con Global Dive Centre, una empresa propiedad de Mr John con centros de submarinismo en Komodo, Bali, Sulawesi, Ambon y con la central en Jakarta. Fui con Mata decidido a que me informasen de cual era el mejor lugar y esperando conseguir un buen “deal”.

Asi fue, era sábado y nos reunimos con Mr John, yo le propuse, no solo hacer el curso, sino ayudarle en el centro de buceo que él necesitara para así poder aprender más y poder abaratar el precio trabajando con él, y empezaron las coincidencias.

Mata volaba el martes noche a Ambon y no paraba de decirme que ese era el mejor de los destinos, John volaba en el mismo avión para ir a montar un centro de buceo y coincidió totalmente con Mata en que era el paraíso del submarinismo, así que quedamos el lunes para decidir si íbamos o no a Ambon.

Cuando conocimos John en su oficina de Jakarta, tanto a Mat como a mi nos dejó una buena sensación, salimos de allí pensando que a diferencia del típico empresario con sed de cuentes, John nos había expuesto las razones de por qué él pertenecía a NAUI y no a PADI, de forma muy respetuosa, cuando le pregunté si podía ayudarle en algún dive center fue honesto conmigo y accedió a valorar la propuesta, y cuando Mat le dijo que quería introducirse en el submarinismo nos explicó los pasos para hacerlo, pero en ningún momento mostró la típica ansiedad por vender, de hecho cuando le dijimos que queríamos enrolarnos con él, Mat como “Scuba Diver” y yo como “lo que se terciara” de camino al “dive master” nos dio los libros para llevarlos a casa y confió en nosotros al 100%. Podríamos no volver por allí o encontrar una oferta mejor al día siguiente, pero para John eso no era un problema, él estaba contento con sus centros, su política y su negocio y confiaba en nosotros para que nosotros confiásemos en él.

El lunes nos vimos y charlamos toda la tarde, John me invitó a venir con él a Ambon, así que me saqué el billete y nos despedimos para volver a vernos en el avión de Mata al día siguiente por la noche. Me quedaban 24h y lo único que había hecho era cambiar el dinero que traía en rupias indonesias.

Al día siguiente nos levantamos a las 5:30 de la mañana para poder hacer todos los deberes y dormir un poco por la tarde, ya que nuestro vuelo salía a la 1:30 de la noche. Después de desayunar nos fuimos al gimnasio que abre a las 6:30 de la mañana y fue ahí cuando nos dimos cuenta de que habíamos elegido un mal día para hacer gestiones, estaba cerrado, en la puerta había un cartel que decía que era el cumpleaños del profeta, así que la cosa se puso complicada. Fuimos a probar suerte e intentar hacer unas compras a una zona comercial llamada Mangga Dua, un lugar abarrotado de tiendas, dividido en varios “Malls”, una especie de zocos temáticos donde puedes encontrar todo lo que te puedas imaginar: tecnología, textiles, comida… pero la tienda especializada en submarinismo estaba cerrada, por lo tanto ya me podía olvidar de las gafas y el dive com. Lo verdaderamente preocupante era el dentista, sabía que tenía caries y bucear con ellas es peligroso ya que si se te mete aire cuando estás en profundidad, al ir ascendiendo las burbujas van aumentando de tamaño y puede llegar a fracturar el diente. Esto me asustó de verdad. Puedo pedir un dive com prestado, incluso puedo bucear con una máscara sin graduación, pero el tema de los dientes me tenía realmente preocupado.

Un hombre indicando a una mujer por dónde puede cruzar

Un hombre indicando a una mujer por dónde puede cruzar

Mata tiene una amiga en Jakarta que se llama Linda y es como el Señor Lobo  de Pulp Fiction, es una empresaria que adora a Mata y a su compañero de piso y le ayuda simple que puede, les compra regalos cuando va de viaje y se preocupa de que nadie perturbe la estabilidad de sus vidas en Jakarta, es una madre y una protectora, y fue ella quién nos sacó del apuro.

Tras buscar y buscar dentistas por toda la ciudad se nos hacía tarde y Mata le puso un wasapp a Linda enxplicándole la situación, ella no estaba en la ciudad pero rápidamente se puso a mover hilos y en menos de una hora nos mandó el teléfono de un dentista amigo suyo que nos abriría la consulta de su casa para poder hacerme los empastes que necesitara.

Quedamos con él en un centro comercial de una zona bastante acomodada, había casa bajas con bastante terreno, un carrefour y casi nadie andando por la calle, Andi fue amabilísimo, nos subió en su coche y son dijo que Linda le había llamado y que estaba encantado de ayudarme. Durante el viaje a su casa nos contó que sus dos clínicas las tenía cerradas pero que tenía una consulta en su casa para los domingos y ocasiones como esta, añadió que no nos preocupáramos por el dinero, que me cobraría 150.000 IDR por cada empaste, estamos hablando de unos 8€, algo insignificante. Nos contó que era muy amigo del embajador de México en Indonesia y que trataba a muchos embajadores.

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Un chaval transportando butano en una scooter

En el viaje de ida y de vuelta hablamos mucho de política y religión, cuando le dije que iba a Ambon me dijo que tuviera cuidado que nunca confiara al 100% en la gente de allí y que si me preguntaban dijera que soy musulmán o que quería serlo. De camino a su casa presenciamos algo que nos dejó impactadísmos, algo surrealista y que atentaba contra nuestra cabeza, nuestro corazón y nuestro espíritu. Desde el coche oímos un hombre gritar a través de un megáfono y gente mirando en esta dirección pero andando hacia otro lado, cuando pudimos ver al hombre, este empuñaba un machete de 1m de largo en una mano y en la otra sujetaba el megáfono, como enloquecido pronunciaba unas palabras de terror y frente a él estaba un ser humano, no sabemos si hombre o mujer, atado de pies y manos, envuelto en una sábana blanca cubierto de los pies a la cabeza, subido de pie en unas cajas. A su cuello atadas dos sogas sujetadas por otros dos hombres uno a cada lado que tiraban de ellas dando la sensación que le iban a romper el cuello en cualquier momento. No sabemos como terminó esto, pero tras preguntarle a Andi, e insistir, porque no se quería mojar, suponemos que habían ejecutado a esa persona, estábamos pasando por una zona musulmana donde la ley que impera es la de ellos y esos son su métodos de castigo.

Finalmente volvimos a casa en el coche de nuestro dentista de los domingos, insistió en llevarnos aun siendo un viaje de más de una hora sufriendo el tráfico de Jakarta. A veces uno no se explica que la gente pueda ser tan generosa, y menos nosotros los occidentales que pensamos que siempre nos la van a jugar de alguna manera.

Paradas de moto-taxis por toda la ciudad

Paradas de moto-taxis por toda la ciudad

Tras un par de horas de sueño, con mis dientes empastados, sin dive com, sin gafas de buceo graduadas, sin saber lo que me iba a costar el curso de dive master, ni realmente a qué me exponía lléndome a Ambon con alguien que acababa de conocer, sin extender mi visado para poder estar en el país 2 meses y con billete solo de ida… nos subimos en el avión de Mata.

Unos chavales transportando barras de hielo

Unos chavales transportando barras de hielo

Empieza la aventura

Barajas T4

Tras un abrazo, de esos que primero te abrazas, luego te miras, sonríes y te vuelves a abrazar; me he metido en la T4 con mi cam-bag-lugagge (cambalache de equipaje tecnológico) a la espalda, que viene siendo una mochila Bergaus de 65 + 10L en la que ha entrado toda mi ropa en el compartimento de los 10L y el resto se ha quedado vacía para alojar a mi mochila de cámara, que es la que entra y sale de la Bergaus y nunca se separa de mi.

Mientras esperaba en el mostrador de facturación de Qatar Airways oigo “Juanma!! — ¿qué haces aquí?” Era el técnico de comunicaciones de la unidad móvil de VAV que tuvimos en La Voz, que curiosamente iba a Dubai a otra móvil que tienen allí! El viaje arrancaba muy de andar por casa.

El vuelo a Doha ha sido un lujo, lo juro, soy fan de Qatar Airways, me he comido todo lo que me han dado… primero un caramelo delicioso y unas toallas húmedas (esas no me las he comido de milagro :-P) luego un zumo de tomate con unos snacks. Para comer pollo con arroz y salsa de curry, ensalada de mezcla de lechugas, verduras y hortalizas crudas muy rica, pan con mantequilla, queso y un pastel de manzana que ya les gustaría tenerlo en Starbucks y hasta una chocolatina lindt de chocolate negro.

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De beber he tomado un vino tinto y con el té la azafata me ha ofrecido un Armagnac que me he bebido despacio con la misma cara que puse cuando probé por primera vez el Palo Cortao. Después de esta bacanal nos han servido un trozo de pizza de ternera espaciada y algo picante y para rematar un brownie. Me iba a tomar un gin tonic pero ya me ha parecido un exceso. Entre bocado y bocado ahí sentado se goza de una oferta de contenido audiovisual extensísima, con una pantalla por pasajero para poner lo que a cada uno le plazca… yo me he visto la película de “El Mayordomo” y el señor que se sentaba a mi lado estaba viendo Malavita de Robert de Niro… eso si, de vez en cuando, no te vayas a despistar, aparecía una brújula en pantalla indicándote dónde está la Meca… jejeje.

La verdad es que la motivación lo es todo, lo he sabido cuando me han puesto la segunda bandeja de comida con el tercer vino. Ya me había visto dos películas y no paraba de hacer zapping buscando la tercera, menos mal que por fin estábamos descendiendo para aterrizar en Doha, la capital de Qatar.

El aeropuerto de Doha es la base central de Qatar Airways y tiene la intención de construir el aeropuerto más grande del mundo. Hace unos años, en un viaje que realicé al sureste asiático (blog: http://zapatillasinfronteras.blogspot.com.es) volamos con Qatar y también hicimos escala en Doha. Pasados 6 años tengo la misma sensación de vacío, de falta de identidad. No me gusta este país, no me gustan sus normas, su ambigüedad ni su alma artificial. Invito a todo el mundo a que vea el programa de Salvados que trata de Quatar Fundation, una entrevista de Jordi Evole.

Cuando bajas del avión te dividen en tres grupos: pasajeros con destino final Doha,  pasajeros en tránsito a otros destinos y un par de categorías más tipo VIP y EXECUTIVE VIP con trato preferente. Mi situación era la de pasajero en tránsito, pero mi tránsito era de 9h y media. Cuando la espera supera las 10h la compañía te pone un hotel en Doha, así que nada más bajar del avión he ido corriendo al mostrador de tránsito y me he colado por donde ponía las palabras clave VIP y EXECUTIVE para que me atendieran rápido. Yo no suelo colarme ni en el metro, pero este caso era distinto, quien haya estado en el aeropuerto de Doha lo entenderá. Bajas del avión y en la terminal caminan hordas de seres humanos de los lugares más remotos del planeta, afectados por el jet lag y luchando por llegar a sus destinos de la forma más placentera posible. Yo solo quería llegar cuanto antes para solicitar el hotel que quizás me correspondía.

No tuve suerte, no había hotel para mi. Era media noche y mi avión hacia Jakarta salía a las 09:30 de la mañana, no había dormido nada y mis ojos pesaban. El señor que me negaba el hotel me señaló una sala que ponía “Quiet Room”, al lado de la sala de rezo, una sala de espera igual que el resto de la terminal pero con la luz más baja, abarrotada de gente cubriendo cada centímetro de suelo y cerrada a cal y canto. No necesité acercarme para sentir el hedor que desprendía.

Tras ir descartando opciones, me he dado cuenta de que prefiero caminar sin rumbo por cualquier calle antes que quedarme en este centro de hacinamiento de zombies llegados de todas las partes del planeta. Mi misión, salir del aeropuerto.

La verdad es que les ha costado mucho entender que NO voy a ningún hotel y que mi única intención es pasear por Doha de noche. Sin hotel no me querían dar el visado de entrada así que les he tenido que mentir y decirles que quería salir y buscar yo mi propio hotel en la ciudad.

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He pagado la visa de entrada a Qatar que me ha costado unos 25USD y por fin me he sentido libre. Me he dirigido a un mostrador con una i y he pedido un mapa. El hombre que me estaba atendiendo me ha dejado bien claro que ahora no se hace nada, que la ciudad está cerrada, que mañana, mañana…. yo ya no sabía como empatizar con ellos. ¡Es que nadie entiende que lo único que quiero es salir a tomar el aire y pasear! No.

Puedo entender que por la noche la vida de una ciudad se reduzca, pero ¿es que no hay nada abierto 24h en la capital de un país? Ha sido cuando me ha venido a la cabeza el nombre McDonalds… los McDonalds abren 24h en casi todos sitios. ¡Bingo! El amable hombre que me estaba negando que existía una Doha de noche me ha marcado en el mapa el McDonalds y me ha sonreído diciendo “yes, 24h…”

He salido por la puerta del aeropuerto con decisión, sin saber nada de Qatar, con un mapa, (que por cierto el colega me ha marcado la terminal de llegadas en la de salidas y viceversa y entre ambas hay distancia suficiente para un viaje en taxi)  y el cambio en la moneda local que me ha quedado tras pagar el visado con un billete de 50€. A la salida de la terminal se me han abalanzado unos cuantos taxistas y con el agobio he echado a andar, hasta que me he quedado sin acera y he llegado a unas vallas de salida para vehículos, por fin estaba saliendo del aeropuerto con una sola palabra en la cabeza McDonalds. La chica que estaba en la garita de salida me ha dicho ¿dónde vas chaval andando como Forest Gum en medio de la noche sin rumbo ni destino?… bueno, eso me ha parecido entender a mi. Yo a lo mío, mi palabra mágica: McDonalds. Entonces he conectado, me he dado cuenta de que necesitaba salir del aeropuerto en un vehículo a motor, podíamos estar hablando de varios kilómetros hasta mi McDonalds, así que gracias a esta señorita he encontrado un autobús gratuito que me llevaba desde la terminal de llegadas a la de salidas y desde allí era mucho más fácil llegar andando hasta el McDonalds.

En el bus íbamos 4 personas, así que he aprovechado para ponerme al día de dónde había algo interesante para pasear, a cuanto estaba el cambio de moneda y recientes acontecimientos para poder charlar con algún local como que el Real Madrid había estado hace poco jugando un partido amistoso. Ya estaba listo para una noche en Doha. Durante el viaje en bus no he visto a nadie, solo operarios de obras nocturnas y muchas muchas construcciones: urbanizaciones, torres, carreteras…. y a lo lejos el “city centre”.

Por fin he conseguido llegar al McDonalds, pedir un menú, preguntar si tenían WIFI y que me dijeran que no. Salí del McDonalds pedi un cigarro y eché a andar. Estaba muy cansado, la ciudad se veía lejos y hacía bastante frío así que paré el primer taxi que vi, se trataba de un amigable Keniata que se tronchaba de la risa cuando le dije “Rafiki musuri sana”.  Así que por fin me sentía acompañado y entendido en mi viaje hacia el “city centre”.

La carrera ha terminado repentinamente cuando a unos cuantos metros hemos visto un control de policía y mi colega el negro me ha pedido que me baje ahí. Así que me ha venido muy bien para regatearle y al cambio le he dado como 2€. No se que se traía entre manos pero no quería pasar el control conmigo en el taxi.

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Estaba en la bahía que me dejaba ver la ciudad al otro lado, un montón de rascacielos llenos de luces led competían por iluminar las aguas mientras nadie los miraba. La calle estaba desierta, solo algunos jardineros que regaban los jardines. Anduve hasta el otro lado y pude callejear entre los rascacielos, hasta que cansado un par de horas más tarde como por arte de magia de la nada apareció otro taxista negro, paisano del anterior que cuando levanté la mano hizo un trompo en la calle desierta para invitarme a subir a su vehículo, me sentía como dentro de un videojuego.